Vida y Obra de Sigmund Freud

Vida y Obra de Sigmund Freud

Vida y Obra de Sigmund Freud

Nancy Hagenbuc

Sigmund Freud descubre el Inconciente y crea el Psicoanálisis; irrumpe así con una nueva perspectiva que revolucionó la historia del pensamiento.
Jacques Lacan calificó el descubrimiento freudiano de “revolución copernicana” porque tiene el mismo sentido de descentramiento que aportó el descubrimiento de Copérnico.
Freud avanzó en una investigación que no estaba marcada con el mismo estilo que las anteriores investigaciones científicas. Su campo es la verdad del sujeto. La investigación de la verdad no puede reducirse a la investigación objetiva del método científico habitual. Sólo un hombre que se atrevió a construir las vías de acceso a la verdad pudo llegar tan lejos.
Freud nos dejó una obra maravillosa, cartas, notas que nos permite captar la naturaleza del genio.
Muchos son los trabajos sobre la vida de Freud; James Strachey, Ernest Jones, discípulos y seguidores han escrito sobre su vida.
El poeta austriaco, Stefan Zweig, lo retrató con las siguientes palabras:
No se podría imaginar un ser de espíritu más intrépido. Instante tras instante Freud se atrevía a expresar lo que pensaba, aún cuando sabía que inquietaba y perturbaba con sus declaraciones claras e inexorables; nunca trató de hacer menos difícil su posición recurriendo a concesiones, así fueran mínimas o formales. […] Cuando se trataba de su enseñanza y de la verdad, no abandonaba su intransigencia; cuanto más firme era la resistencia, más se afirmaba él en su resolución. En el momento en que busco un símbolo de coraje moral (el único heroísmo del mundo que no exige víctimas) veo siempre ante mi el hermoso rostro de Freud con su claridad masculina, sus ojos oscuros  y la mirada directa y viril.”

Sigmund Freud nació el martes 6 de mayo de 1856, a las 18:30 horas, en Freiberg un pequeño pueblo de Moravia, hoy llamado Pribor, Checos-lovaquia. Era hijo de Amalia Nathansohn y Jakob Freud, ambos nacidos en Tisménica, una pequeña ciudad de 6.000 habitantes de la Galicia central (Polonia). Sigmund Freud fue el hijo mayor del segundo matrimonio de su padre, comerciante en lana textil. Del primer matrimonio de Jakob, Sigmund tenía dos hermanos:   Emmanuel Freud y Philipp Freud. Del matrimonio de Jakob y Amalia nacerían siete hijos más: Julius, Anna, Debora, Marie, Adolfine, Pauline y Alexander.

Jakob Freud era un ser amable, querido por todos en su familia. En el momento de contraer segundas nupcias ya era abuelo. Su joven esposa era una mujer esbelta y hermosa que mantuvo hasta el final de su vida su espíritu alegre y despierto.
Del nacimiento  del pequeño Sigmund Freud, nos cuenta Ernest Jones en su libro “Vida y Obra de Sigmund Freud”:
“Nació con abundante cabello, rizado y negro, tanto que su joven madre le puso por mote “mi negrito”. Siendo adulto ya, su cabello y sus ojos eran negros, pero no era moreno de tez. Había nacido con la cabeza cubierta por una membrana fetal, hecho éste que se interpretó como seguro augurio de felicidad y fama. Y cuando cierto día una anciana, con quien la joven madre se topó por casualidad, reforzó esta creencia, informándole que había traído al mundo un gran hombre, la orgullosa y feliz mamá creyó firmemente en la predicción. Manto y ropaje de héroe venía tejiéndose, pues para él, desde la misma cuna.”  

 Muchos años después Freud escribiría: “Cuando un hombre ha sido el favorito indiscutido de su madre, logra conservar durante toda la vida un sentimiento de vencedor, esa confianza en el éxito que a menudo conduce realmente al éxito.”    
El joven Sigmund recibió una educación judía no tradicionalista. En octubre de 1859 Jakob dejó Freiberg, donde los negocios declinaban debido a la introducción del desarrollo de la industrialización. Se instalaron en Leipzig, esperando en la ciudad encontrar mejores condiciones para el comercio textil. Al poco tiempo se trasladaron  a Leopoldstadt, barrio judío de Viena.

Viena, capital del grande y multiétnico Imperio Austro-Húngaro, era una verdadera usina cultural. Habitaban en ella personalidades revolu–cionarias tales como los compositores Gustav Mahler y Arnold Schönberg así como los artistas plásticos Oskar Kokoshka y Gustav Klimt.Sus pensadores refor-mularon las propias tradi-ciones en diversas áreas y fundaron escuelas en dife-rentes disciplinas: literatu-ra, arte… Al mismo tiempo, la sociedad vienesa pasó por una rápida e intensa transición política, caracte-rizada por el ascenso y caí-da del liberalismo burgués.

Entre 1865 y 1873 el joven Sigmund asistió al Instituto de enseñanza Realgymnasium, después al Instituto de enseñanza Obergymnasium. En esa época se enamoró de Gisela Fluss, hermana de su camarada  Emil Fluss.

Freud tenía una notable actitud para los idiomas. Además del alemán tenía una completa familiaridad con el latín y el griego. Tuvo un conocimiento cabal del francés y el inglés. Aparte de esto aprendió por su cuenta el italiano y el español. Se le había enseñado el hebreo. Tenía una preferencia especial por el inglés-particularmente por la obra de William Shakespeare-. Su primera lectura de Shakespeare fue a los ocho años. Admiraba del poeta su poder de expresión y su amplio conocimiento de la naturaleza humana.
Durante toda su vida tuvo un sentimiento elevado e inextinguible hacia los artistas.
A lo largo de su obra y su correspondencia se encuentra numerosos trabajos que permiten captar la pasión de Freud por la literatura, la escultura, la arquitectura y la pintura.
Son numerosos los autores literarios y pintores que despertaron el interés del joven Freud, entre ellos se destacan Leonardo da Vinci y William Shakespeare.
Freud entró en la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena en 1873  y recibió su diploma en 1881, a la edad de 25 años. Según él decía, la decisión por Medicina fue tomada al oír una conferencia de Karl Brühl sobre el poema de Goethe, De la Naturaleza”.
En 1875 impulsado por Carl Claus, su profesor de Zoología, obtuvo una beca que le permitió estudiar en Trieste la vida de las anguilas macho. Publicado en el año 1877, este texto demuestra que Freud trabajaba en la elaboración de una teoría del funcionamiento específico de las células nerviosas, teoría cuyas huellas se encontrarán en el “Proyecto de Psicología” de 1895. Luego Freud pasó del Instituto de Zoología al de Fisiología para convertirse en alumno de Ernst Wilhem von Brücke, médico fisiólogo alemán. En este Instituto, donde permaneció seis años, se vinculó con Josef Breuer, médico austriaco de gran renombre. Breuer desempeñó un papel importante en la vida de Freud, muy pronto los dos hombres se hicieron amigos.
Recién formado, en 1882, Freud trabajó como interno en el Hospital General de Viena. Allí es nombrado ayudante de Theodor Meynert, gran anatomista del cerebro, con quien permaneció varios años hasta que el joven se fue distanciando por su desinterés en la anatomía frente a lo que estaba a punto de descubrir.
Ese mismo año se comprometió con Martha Bernays, quien sería su mujer. Martha nació en Wandsbeck, cerca de Hamburgo, era hermana de Minna Bernays y de Eli Bernays, el cual se casó con Anna Freud, la primera de las cinco hermanas de Sigmund Freud y la única que pudo escapar del exterminio nazi. Freud conoció a Martha en una visita que ella le hizo a Anna, su hermana. La joven era morena, esbelta y de grandes ojos expresivos.

Freud permaneció en  el Hospital General de Viena, en el Departamento de Neuropatología del Dr. Scholz, donde acabó formándose como un excelente neurólogo.
En 1884 escribe un ensayo sobre las propiedades anestésicas de la cocaína, viaja en septiembre a Wandsbeck para encontrarse con su novia Martha y a la vuelta de sus vacaciones se enteró que otro amigo, Carl  Koller, a quien le había hablado sobre sus ensayos con la cocaína, se le había adelantado y hecho su presentación en el Congreso de Oftalmología. Koller es considerado el descubridor de la anestesia local con cocaína. Freud debió esperar algunos años más para cumplir su destino de descubridor.
Con 29 años, en 1885 Freud fue designado Profesor de Neuropatología.
En 1885 viaja a París al obtener una beca para completar sus estudios en el Hospital de La Salpétrière. Allí participó de las presentaciones de Jean-Martin Charcot, cuya experiencia con la histeria dejó una marca que lo llevaría a la creación del psicoanálisis. Lo que más impresionó a Freud en la enseñanza de Charcot fue su revolucionaría concepción del problema de la histeria. Charcot era un neurólogo eminente que supo imponer una actitud más científica frente a la histeria en los círculos médicos franceses.
Después de París se dirigió a Berlín, donde siguió las enseñanzas del pediatra Adolf Baginsky.

De regreso a Viena, el 25 de abril de 1886, abre su primer consultorio (Rthausstrasse 7), se hace cargo del Departamento de niños en el Instituto Kassowitz y en septiembre del mismo año se casa con Martha Bernays. Tuvo una vida conyugal feliz de la cual resultaron seis hijos, Matilde, Jean Martin, Oliver, Ernst, Sophie y Anna Freud.

El 15 de octubre de ese mismo año da una conferencia sobre Histeria masculina en la Sociedad Médica donde no obtuvo la repercusión deseada.
En 1887, un mes después del nacimiento de su hija Mathilde, Freud conoció a Wilhelm Fliess, brillante médico berlinés que realizó investigaciones sobre fisiología y se especializó en  otorrinolaringología. Fliess emprendió investigaciones sobre la nariz y los órganos  genitales; estos estudios lo llevaron  a la publicación de un libro llamado: “Las relaciones entre la nariz y los órganos genitales femeninos según su significación biológica”. Freud comienza una larga amistad con Fliess y una excepcional correspondencia íntima y científica que terminaría luego de muchos años.
Freud viaja a Nancy, Francia, donde visita a Bernheim, médico francés, con la idea de perfeccionar su técnica hipnótica. Presenció los experimentos de Bernheim con sus pacientes de hospital y recibió la más profunda de las impresiones al comprobar la posibilidad de la existencia de procesos mentales que se mantenían ocultos a la conciencia del hombre.
Nuevamente en Viena, Freud instaló su consultorio en un departamento ubicado en 19. Berggase y permaneció allí hasta su exilio en 1938.
En 1891 publicó su monografía “Sobre la concepción de las afasias” basándose en las tesis de Hughlings Jackson para proponer una comprensión funcional de los trastornos de lenguaje. Tesis que remplaza la doctrina de las localizaciones cerebrales por la del asociacionismo, preparando el camino para la definición de un aparato psíquico tal como se lo encuentra en sus “Trabajos sobre Metapsicología”.
Trabajando junto a Breuer, Freud abandonó progresivamente la hipnosis en beneficio de la catarsis y después creó el método de asociación libre.
Freud estableció la hipótesis de que este material provenía del inconsciente. A diferencia de Breuer, sostuvo que la fuerza determinante en estos casos era la libido, o energía sexual, contra cuyos deseos la psique establecía defensas y represiones. Freud se orientaba cada vez más hacía la elaboración teórica absolutamente innovadora para su época, mientras que Breuer seguía siendo un científico clásico, apegado a los principios de la fisiología del momento. Esto determinó el alejamiento entre ambos.
En el marco de su amistad con Fliess se produjeron varios acontecimientos fundamentales en la vida de Freud:
1- La publicación de un primer  libro “Estudios sobre la histeria”. En este trabajo germinal Freud construye las historias de sus analizantes a partir de la diagramación de los síntomas.  El trabajo contiene las trazas de historias de mujeres (Bertha Pappenheim, Fanny Moser, Aurelia Öhm, Anna von Lieben, Lucy, Elizabeth von R., Matilde  H., Rosalie H.) que llegaron a Freud en búsqueda de alguna respuesta frente a su sufrimiento.  Jacques Lacan  situó  que el hallazgo, el descubrimiento freudiano que este texto nos ofrece, consistió en haber captado que el sujeto rechaza el sentido sexual de los síntomas, el cifrado de goce. Freud se dio cuenta  que el sentido de los síntomas no podía serle revelado al paciente. Definió el nódulo patógeno como aquello que se busca pero el discurso rechaza. Freud descubrió un método de acceso al contenido inconciente, las vías de acceso a ese goce ignorado.
2- En el año 1896 Freud enfrenta un duro golpe con la muerte de su padre.
Inicia su análisis y aparecen numerosos sueños alrededor del lazo con su padre.
3- Comienza a elaborar una teoría de los sueños, estableciendo como motor del sueño los deseos inconcientes sexuales e incestuosos.
4- Descubre el Complejo de Edipo como marco para la constitución del aparato psíquico. En una carta dirigida a Fliess en el año 1897:
Una idea me ha cruzado por la mente, la de que el conflicto edípico puesto en escena  en el Oedipus Rex de Sófocles podría estar también en el corazón de  Hamlet. No creo en la intención conciente de Shakespeare, sino más bien que un acontecimiento real  impulsó al poeta a escribir ese drama, y que su propio inconciente le permitió comprender el inconciente de su héroe”.
5- Freud abandonó  la teoría de la seducción, según la cual toda neurosis se podía explicar por un trauma real.  Esta renuncia, fundamental para la historia del psicoanálisis, se produjo el 21 de septiembre; Freud se la comunica a Fliess en una carta: “Ya no creo en mi neurótica”. Esto constituyó el pasaje de la teoría del trauma al fantasma.

De la nueva teoría del inconciente nacerá un nuevo libro, publicado en 1899 “La interpretación de los sueños”.  El mismo Freud señala que un sueño es la realización de un deseo sexual, incestuoso y reprimido. Este descubrimiento tendrá hondas repercusiones en las mentalidades del siglo XX y tendrá su derivación en nuevas concepciones del arte representadas por artistas como Klimt, Kandinsky, Dalí, Munch y tantos otros.
La publicación de “Die Traumdeutung“, supuso la exposición pública y el nacimiento del Psicoanálisis. En este libro se encuentra el sueño de “La inyección de Irma” que se produjo cuando Freud se encontraba en Bellevue. Freud le escribe a Fliess las siguientes palabras:
“¿Crees tú, que algún día habrá en esta casa una placa de mármol en la que podrá leerse: En esta casa, el 24 de julio de 1895 le fue revelado el misterio del sueño al doctor Sigmund Freud? Hasta hoy tengo pocas esperanzas.”
Entre los años 1901 y 1905, Freud publicó su primer caso clínico: “Fragmento de análisis de un caso de histeria” (Dora) y otras tres obras: “Psicopatología de la vida cotidiana”, “El chiste y su relación con lo inconciente” y “Tres ensayos de teoría  sexual.” Este último trabajo causo una fuerte oposición en la comunidad científica, fundamentalmente por la definición de la sexualidad infantil como perversa polimorfa. Freud tenía una clara captación de la irrupción de su teoría sobre el pensamiento de su época.
A medida que Freud avanzaba en su teoría la relación entre él y Fliess se deterioraba. Fliess relacionaba la mucosa nasal con las actividades genitales, pensaba que la vida estaba condicionada por fenómenos periódicos vinculados con la naturaleza bisexual de la condición humana. Freud se distanciaba de la teoría de Fliess y este se sintió perseguido y lanzó contra Freud una acusación de plagio que implicó a otros dos hombres: Hermann Swoboda y Otto Eininger.
A partir de 1900 se empezó a formar un grupo de investigadores y alumnos alrededor del Maestro. En 1902 con Alfred Adler, Wilhelm Stekel, Max Kahane y Rudolf Reitler, se fundó la Sociedad Psicológica de los Miércoles, primer círculo histórico del freudismo.
En los años que siguieron, numerosas personalidades del mundo vienés se unieron al grupo: Paul Federn, Otto Rank, Fritz Wittels, Isidoro Sadger. En el ámbito de estas reuniones  se estudiaba literatura, antropología, arte, historia… con el interés de nutrir con el descubrimiento freudiano los diferentes campos de la cultura.
En 1907 y 1908 el círculo de los primeros discípulos freudianos se amplió con la adhesión de Hanns Sachs, Sandor Ferenczi, Karl Abraham, Ernest Jones, Abraham Arden Brill y Max Eitingon.
Posteriormente el psicoanálisis prendió y se extendió a varios países: Gran Bretaña, Hungría, Alemania, Estados Unidos.
En Zurich, Eugen Bleuler, médico psiquiatra suizo, comenzó a aplicar el método psicoanalítico al tratamiento de la psicosis; en adelante la teoría psicoanalítica pudo incorporarse para solucionar el enigma de la locura.
El 3 de marzo de 1907, Carl Gustav Jung, alumno y asistente de Bleuler, viajó a Viena para encontrarse con Freud. Después de una entrevista de varias horas, Freud lo conquistó. Jung fue el primer discípulo no judío del Maestro.
En abril de 1908 se realizó el Primer Congreso Psicoanalítico Internacional en Salzburgo y en agosto de ese mismo año Karl Abraham funda la Sociedad de Berlín, que más tarde se transfor-maría en la Sociedad Psicoana-lítica de Berlín. Abraham, discí-pulo de Freud, desempeñó un papel pionero en el desarrollo del psicoanálisis implantando el des-cubrimiento freudiano en el domi-nio del saber psiquiátrico.

En 1909, por invitación de Grandville Stanley Hall, Freud, en compañía de Jung y Ferenczi, viajó a los Estados Unidos para dar cinco conferencias en la Clark University de Worcester, Massachussets.Estas conferencias fueron reunidas y publicadas bajo el titulo “Cinco Conferencias so-bre psicoanálisis”. Freud no apos-taba demasiado a la extensión del psicoanálisis en el Norte de América, el espíritu pragmático y puritano no constituía un terreno fértil para la nueva teoría.
En 1910 se creó una Sociedad Internacional: la Internationale Psychoanalische Vereinigung (IPV). En 1930 es abandonada la sigla alemana y se convirtió en la International Psychoanalytical Association (IPA).
La expansión del movimiento se tradujo en disidencias ya que entraron en juego disputas personales y diferencias teóricas y clínicas. En 1911 Adler y Stekel se separaron del grupo freudiano. Años más tarde Jung y Freud interrumpen la relación entre ellos. Freud no estaba dispuesto a renunciar a los fundamentos del psicoanálisis.
En 1912 Freud creó la revista “Imago” que fue dirigida por Hanns Sachs y Otto Rank. Esta publicación estaba dedicada a la formación y la transmisión del psicoanálisis.
Más tarde el Maestro creó el Comité Secreto para velar por el descubrimiento freudiano. El Comité se creó con los discípulos más fieles de Sigmund Freud. Anton von Freund fue asociado a la empresa y considerado miembro adjunto hasta su muerte. El Comité se creaba para preservar la doctrina psicoanalítica de toda forma de deriva, desviación o mala interpretación. A pesar de los esfuerzos freudianos las disidencias y escisiones continuaron por muchos años.
La relación de Freud con Lou Andreas-Salomé se jugó entre la admiración y el cariño.

Lou Andreas-Salomé tuvo un destino excepcional en la historia del Siglo XX. En 1911, en Weimar, en el Congreso de la International Psychoanalytical Association, conoció a Freud gracias a Paul Bjerre. De inmediato quedó fascinada por Freud y el psicoanálisis. Freud también quedo fascinado por la mujer cuya belleza física era igualada, si no superada, por la vivacidad de su espíritu, su alegría de vivir, su inteligencia y su cálida humanidad. Freud comprendió de inmediato que Lou deseaba consagrarse al psicoanálisis y que nada se lo impediría. Por ello la admitió en la Wiener Psychoanalytische Veriiningung. Instalada en Viena, en 1912 asistió a las reuniones del círculo freudiano. Muy pronto, ella abrazó exclusivamente la causa del freudismo. A lo largo de su correspondencia con Freud se destaca el amor y el respeto entre ambos. En una oportunidad, ya en la vejez, Freud le escribió:
“…me ha impresionado lo que hay de exquisitamente femenino en su trabajo intelectual. Allí donde seducido por la eterna ambivalencia, yo prefería dejar todo en desorden, usted interviene, clasifica, pone orden y demuestra que de esta manera eso puede ser también agradable.”
En el año 1909, Freud publicó un segundo historial clínico: “Análisis de la fobia de un niño de cinco años” (caso del pequeño Hans). En él, Sigmund Freud abre el camino para el psicoanálisis de niños. Freud relató las notas tomadas por el padre del pequeño Herbert Graf, Max Graf, quien había participado de las Reuniones de los Miércoles y hace un exhaustivo estudio sobre los síntomas y su relación con el Complejo de Edipo.
Ese mismo año, Freud escribe “A propósito de un caso de neurosis obsesiva” (caso del Hombre de las Ratas). En él comunicó fragmentos del historial clínico de un caso de neurosis obsesiva que pudo incluirse entre los de considerable gravedad. Con este trabajo Freud aportó importantes teorizaciones sobre la génesis y el mecanismo de los procesos anímicos obsesivos.

Muchos años después Jacques Lacan escribió “El mito individual del neurótico” e iluminó  el texto freudiano. Freud captó  la constelación original que había precedido al nacimiento de su paciente y diagramó la relación de esa prehistoria con los síntomas y los fantasmas obsesivos.
En el año 1911 Freud publicó “Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente” (caso Schreber). La importancia de este escrito no se limitó a la luz que arrojó sobre los problemas de la paranoia, en este trabajo también encontramos importantes conceptualizaciones que luego Freud trabaja en su teoría sobre el narcisismo y en “Pulsiones y destinos de pulsión”.
Entre los años 1911 y 1915 Freud escribió sobre la técnica psicoanalítica.
Freud se resistía a escribir sobre este tema porque él estaba convencido que sólo la formación y el propio análisis garantizaba la práctica clínica psicoanalítica. Pasaron muchos años hasta que se decidiera a presentar estos trabajos. Algunos de los trabajos  publicados son: “Trabajos sobre técnica psicoanalítica”, “Sobre la dinámica de la transferencia”, “Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico”, “Sobre la iniciación del tratamiento”,Recordar, repetir y reelaborar”, “Puntualizaciones sobre el amor de transferencia”.
Jacques Lacan, en un retorno a estos textos,  encuentra  pasajes de suma importancia para captar el progreso de la técnica del psicoanálisis.
Gradualmente vemos aparecer nociones fundamentales para comprender el modo de acción de la terapéutica analítica, la noción de resistencia y la función de transferencia, el modo de acción e intervención en la transferencia e incluso, hasta cierto punto, el papel esencial de la neurosis de transferencia.”
En estos trabajos Freud va sembrando la técnica para una clínica que aborda lo real.
Entre 1912 y 1913, Freud publicó “Tótem y tabú” en cuatro partes, en la revista Imago: 1) El horror del incesto; 2) El tabú  y la ambivalencia de los sentimientos; 3) Animismo, magia y omnipotencia del pensamiento y 4) El retorno infantil al totemismo.
Jacques Lacan reconoció a Freud el haber aportado un nuevo mito a la cultura. Freud encontró primero el mito de asesinato al padre como algo esencial en el nivel de la interpretación de los sueños, en el que se revela un anhelo, un deseo de muerte al padre. Pasaron muchos años para que escribiera el mito de “Tótem y tabú”. El mito del asesinato del padre establece que “de la prohibición del goce, goce primero se edifica  a partir de la muerte del padre”,  y de ahí partió la prohibición de incesto.  
En 1914 comienza la Primera Guerra Mundial y Europa se encontraba en  el centro del caos y la destrucción. La vida familiar de Freud se vio afectada en múltiples aspectos. Dos de sus hijos fueron convocados a los campos de batalla y la familia sufrió el temor a la pérdida. Durante esta época la familia soportó penurias económicas pero esto no doblegó el espíritu infatigable de Freud.
Freud escribió una serie de artículos que conforman la metapsicología freudiana. En su artículo dedicado al inconciente, Freud dio una definición precisa de la palabra metapsicología:
Propongo hablar de presentación metapsicológica cuando logramos describir un proceso psíquico en sus relaciones dinámicas, tópicas y económicas”.
Ateniéndonos a esta definición podemos agrupar como escritos metapsicológicos el “Proyecto de psicología”, el séptimo capítulo de “La interpretación de los sueños”, las ”Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico”, “Introducción al narcisismo”, y las cinco exposiciones metapsicológicas a las que se abocó en 1915 y años siguientes: “Pulsiones y sus destinos”, “La represión”, “Lo inconciente”, “Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños”, y “Duelo y melancolía”.
Jacques Lacan nos propuso un esquema para entender la metapsicología freudiana que comienza con los trabajos que Freud le envía a Fliess, luego el trabajo de “La interpretación de los sueños”, continúa con los trabajos metapsicológicos de los años 1910 a 1920 y por último el período que comienza con el trabajo”El más allá del principio de placer”, trabajo pivote.
En el año 1918 Freud publicó “De la historia de una neurosis infantil” (caso de El Hombre de los Lobos). Para Freud la importancia fundamental de este historial clínico en el momento de su publicación reside en el hecho de aportar pruebas concluyentes sobre la sexualidad infantil en la determinación de los síntomas. Este historial contiene  aportes que supone considerar  diferencias entre la operación de represión y la forclusión. Jacques Lacan señala que la genialidad de Freud es haber captado en este historial el fenómeno de la alucinación. La castración que no ha existido para el hombre de los Lobos, se manifiesta en la forma que él se imagina: haberse cortado el meñique, un real no simbolizado (Verwerfung).
Este mismo año Von Freund funda una empresa editorial: el “Verlag”. Freud había tenido infinitas dificultades con las publicaciones tanto de libros como de revistas debido no sólo a la escasez de papel sino a causa de las dificultades con el editor. La nueva empresa editora constituía una esperanza para las publicaciones psicoanalíticas.
Los años que siguieron a la guerra fueron extremadamente duros. Viena se reconstruía de la guerra y la situación económica era desesperante.
En la década del 1920, Freud publicó  tres obras fundamentales: “Más allá del principio del placer” (1920), “Psicología de las masas y análisis del yo” (1921) y “El yo y el ello” (1923).
Jacques Lacan nos dijo que si toda la primera etapa de la obra freudiana estuvo dedicada al descubrimiento del inconciente, esta segunda etapa teoriza la pulsión de muerte y su relación con la repetición. El descubrimiento freudiano de la pulsión de muerte abre a toda la conceptualización sobre el concepto del goce en psicoanálisis.
En 1920 muere Sophie Freud (la hermosa hija de Freud) llevada por una epidemia de gripe que asolaba el norte de Alemania.  Mathilde tomó a su cargo al pequeño Heinerle (hijo de Sophie), quien iba a sucumbir por una tuberculosis tres años más tarde. Estas muertes causaron un profundo dolor al creador del psicoanálisis.
En 1923 se le diagnostica un cáncer en el paladar y se inicia una dolorosa etapa de operaciones. El dolor no impidió que Freud siguiera trabajando para la extensión del psicoanálisis.
Entre los años 1920 al 1930 se produce un fuerte debate en torno a la cuestión de la sexualidad femenina. Freud mantuvo su teoría de una libido única y del falocentrismo. La sexualidad de la niña se organiza alrededor del falo y la dialéctica que está en juego es la de tener o no tener el falo. Realizó una profunda investigación clínica alrededor del complejo preedípico en la determinación de la sexualidad femenina. Algunos de los textos publicados por Freud alrededor de este tema son: “Organización genital infantil (Una interpolación en la teoría de la sexualidad)”,   “El problema económico del masoquismo”, “El sepultamiento del complejo de Edipo”, “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica”, “Sobre la sexualidad femenina”, “Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (conferencia 33; La femineidad)”.  Estos trabajos contribuyeron  a iluminar la clínica. Freud invitó a las analistas mujeres para que hicieran su aporte  a la teoría psicoanalítica, y en este camino encontramos a: Marie Bonaparte, Helene Deutsch, Jeanne Lampl-De Groot, Joan Rivière y Ruth Mack-Brunswick. También las analistas de la escuela inglesa sentaron su posición alrededor de la problemática de la sexualidad femenina entre las que se encontraban Karen Horney y Melanie Klein.
En el año 1925 publicó “Presentación autobiográfica” y un año después “Inhibición, síntoma y angustia”. En este trabajo Freud hace un estudio minucioso y exhaustivo  sobre el problema de la angustia.
El 25 de diciembre de 1925 muere Karl Abraham, presidente de la International Psichoanalytical Association, a los 48 años de edad, como consecuencia de un cáncer. Freud unos meses previos a la muerte de Abraham le escribió las siguientes palabras:
Me entero por Sachs con sorpresa, pero también con disgusto, que su enfermedad no ha concluido. Esto no concuerda con la imagen que tengo de usted. Sólo me lo imagino trabajando sin cesar, indefectiblemente. Experimento su enfermedad como una especie de competencia desleal, y le ruego que la  interrumpa lo antes posible.”  
Entre los años 1927 y 1930 publicó dos trabajos que completan lo que ya el Maestro había anticipado en su trabajo “Psicología de las masas y análisis del yo”: “El porvenir de una ilusión” y “El malestar en la cultura”. En este último  él escribió:
Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les será fácil exterminarse unos a otros, hasta el último hombre. Ellos lo saben; de ahí buena parte de la inquietud contemporánea, de su infelicidad, de su talante angustiado. Y ahora cabe esperar que el otro de los dos poderes celestiales, el Eros eterno, haga un esfuerzo para afianzarse en la lucha ante su enemigo igualmente inmortal. ¿Pero quién puede prever el desenlace?”.
Es notorio que Freud  escribiera esta última oración cuando ya comenzaba a ser evidente la amenaza que representaba Hitler.
En el año 1930 dos acontecimientos rodearon la vida de Freud. Uno fue la muerte de su madre, el 12 de septiembre a la edad de 95 años. El otro fue el otorgamiento del premio Goethe. El doctor Alfons Paquet, representante del Consejo de Administración del Fondo, le envió a Freud una carta donde le comunicaba el otorgamiento del premio por “…las revolucionarias consecuencias de las nuevas formas de investigación creadas por usted sobre las fuerzas plasmadoras de nuestro tiempo. Con el método estricto de la ciencia natural, y al mismo tiempo en una osada interpretación de los símiles acuñados por los poetas, su labor investigadora se ha abierto una vía de acceso hacía las fuerzas pulsionales del alma…”.

Freud contestó manifestando toda su alegría y agradecimiento pero, como se encontraba enfermo,  no pudo ir a recibirlo y envió un escrito: “Alocución en la casa de Goethe en Francfort”  a través de su querida hija Anna.

El 22 de mayo de 1933 muere Sandor  Ferenczi. El joven Ferenczi, médico húngaro, conoció a Freud en 1908, luego de leer la “La  interpretación de los sueños”. Participó en el movimiento analítico y posteriormente se distanció de Freud y de la técnica psicoanalítica. En los últimos años de su vida apareció una profunda hostilidad hacía Freud, quien no lo abandonó y rindió unas calidas palabras en ocasión de su muerte:

De regreso de una temporada de trabajo en América, él (Ferenczi) pareció encerrarse cada vez más en un trabajo solitario (…) Nos dimos cuenta de que un único problema había monopolizado su interés. La necesidad de curar y ayudar se había vuelto en él extremadamente fuerte”.
En el año 1933 Freud mantiene correspondencia con Albert Einstein para una publicación de la Liga de la Naciones. La situación política comenzaba a ponerse grave. En una oportunidad escribió a Marie Bonaparte:
“¡Cuan dichosa es Ud. al verse enfrascada en su trabajo sin tener que enterarse de las cosas horribles que ocurren alrededor de uno!”.
El peligro era cada vez más cercano y al año siguiente se produjo la fuga de analistas judíos que aún quedaban en Alemania y la aniquilación del psicoanálisis en ese país. En Berlín fueron quemados todos los libros de Freud.
A pesar de la enfermedad y la estampida de la inminente guerra, Freud continuaba trabajando en una de sus últimas obras “Moisés y la religión monoteísta”.
En una carta, dirigida a Jones, Freud escribe: “…También trabajo una hora por día en mi Moisés, que me atormenta como un alma en pena. Me pregunto si terminaré alguna vez esta tercera parte a pesar de todas las dificultades externas e internas”
El 11 de marzo de 1938 se produce la invasión nazi a Austria. Esta fue la señal para que Freud abandonara su patria y se dirigiera a un país extranjero. La familia de Freud comenzaba  a ser interrogada por la Gestapo. Martin Freud era llamado con frecuencia, pero nunca fue retenido por la noche. Más seria fue la oportunidad en que Anna fue retenida por la Gestapo. La situación ya no daba para más y era necesario  salir de Viena.
En mayo, cuando las perspectivas de obtener un permiso de salida se estaban volviendo más favorables, Freud escribió a su hijo Ernst en Londres:
“En estos días negros sólo hay dos perspectivas  que nos pueden reconfortar: reunirnos con todos ustedes y morir en libertad. A veces me comparo al viejo Jacob, a quienes sus hijos llevaron, ya anciano, a Egipto. Es de esperar que el resultado no sea el mismo, un éxodo de Egipto.  Es hora de que Ajashverus, el judío errante, pueda descansar en alguna parte”

Gracias a la intervención diplomática norteameri-cana y a un rescate paga-do por Marie Bonaparte, Freud pudo abandonar Viena con su mujer y su hija Anna el 3 de junio.
Minna Bernays y dos de los hijos de Freud se en-contraban ya en Londres. El 5 de junio Freud llega a París y en su honor Marie Bonaparte realiza una re-cepción, en la que partici-paron los analistas fran-ceses. El 6 de junio parte a Londres y se instaló en una hermosa casa ubicada en Maresfield Gardens, futuro Freud Museum. Esta casa había sido preparada por su hijo Ernst, arquitecto.
Reencontrarse con su hijo y sus nietos reconfortó a Freud frente a tanto dolor.
Se publicó “Moisés y la religión monoteísta” y en marzo Freud escribió a Hanns Sachs: “El Moisés no es una despedida despreciable”.
La obra cosechó importantes comentarios de distintos ámbitos de la cultura. El científico Einstein le envió la siguiente carta:
Como en todos sus escritos, admiro muy especialmente la perfección lograda, desde el punto de vista literario.  No sé de ningún contemporáneo que haya presentado  un tema en idioma alemán de un modo tan magistral. He lamentado siempre el hecho de que es casi imposible que un profano, que no tiene experiencia clínica, pueda juzgar si las conclusiones de su libro son definitivas. Pero después de todo, esto ocurre con todas las conclusiones científicas. Uno tiene que sentirse satisfecho si logra captar la estructura de los pensamientos expresados. Con sincera admiración y deseos cordiales lo saluda: A. Einstein”  
Entre julio y septiembre de ese año, Freud se dedicó a escribir el “Esquema del psicoanálisis“. Se trata de un resumen, casi un testamento, muy condensado de las principales ideas de la teoría psicoanalítica.
En septiembre del 1939 se advierte una reactivación del cáncer y es operado por última vez. La enfermedad se hacía cada vez más extensa y dolorosa y acabar con esa situación, para Freud, era cada vez más necesaria. Se apoyaba y dependía  de su hija Anna y de su médico personal Max Schur, admirador del psicoanálisis. Freud acordó con su médico que no permitiría que a raíz de la enfermedad la vida se le transformara en una tortura. El primero de agosto de 1939 Freud terminó definitivamente su práctica.
A las tres de la madrugada del 23 de septiembre de 1939 Sigmund Freud muere en Maresfield Garden,  Londres.  El cuerpo de Freud fue cremado en Golders Green en la mañana del 26 de septiembre donde reposan sus cenizas.
Recordemos las palabras de despedida del poeta Stefan Zweig:

  “…conocí a Sigmund Freud, ese espíritu grande y severo, que más que ningún otro en esta época ha profundizado y ampliado el espíritu humano. Fanático de la verdad pero al mismo tiempo perfectamente conciente de los límites de toda verdad […] se había aventurado en esas zonas, inexploradas y temerosamente evitadas, del mundo demasiado terrestre y subterráneo de las pulsiones, es decir, en la esfera que en esa época se  había declarado solemnemente . Por primera vez descubrí un verdadero sabio, que se había elevado por encima de su propia situación, que ni siquiera percibía ya el sufrimiento y la muerte como una experiencia personal, sino como  objeto de consideraciones que superaba a su persona; no menos que su vida, su muerte  fue una hazaña moral.”