La creación poética de William Shakespeare

La creación poética de William Shakespeare

Veladas de Literatura <> Psicoanálisis

CRÓNICA DE LA JORNADA

La CREACIÓN POÉTICA de

WILLIAM SHAKESPEARE

El 6 de diciembre de 2004, en el Palais de Glace tuvo lugar la Jornada dedicada a uno de los nombres más trascendentes de la Literatura,    William Shakespeare (1564-1616)
Como planteó Olga M. de Santesteban en el texto del folleto de difusión de este encuentro: “La Creación Poética de William Shakespeare Lecturas del Psicoanálisis… es el título propuesto para una jornada que intentará presentar la obra de un autor que logró un grado de perfección y de madurez excepcionales en la articulación de la tragedia del deseo y las pasiones del ser.
… La obra de William Shakespeare ha sido fundamental en Sigmund Freud y Jacques Lacan en el abordaje del goce estético, en el análisis de la creación artística y poética, en el estilo de situar las verdades más profundas del sujeto.
Lecturas del Psicoanálisis… llevará el trazo de estas elaboraciones que han sido decisivas para suscitar el deseo de lectura de una obra que nos muestra el profundo ahondamiento que se encadena en secuencia desde la escena trágica, a la tragedia amorosa, considerando las pasiones y su profunda soledad llegando en la culminación de la obra a ofrecernos el acto criminal… tan horroroso y bello.
Hay en este progreso el rigor excepcional de un genio que nos ha mostrado las profundidades del métier del autor, un autor que logra presentificar el drama del sujeto, logrando así la presentificación de lo inconsciente, para que todos los problemas de la relación del sujeto al deseo puedan visualizarse allí. Esta invención de su artificio nos llevará a los pecados del padre, a la sensualidad desenfrenada de una madre, a la venganza, a la pasión, al amor, al éxtasis amoroso, al placer malicioso, al horror, a la traición, a la lujuria, a la complicidad, a la ambición, a los celos, a la verdad disfrazada, a la simulación, a la codicia, a la lascivia, a la repugnancia, a la locura, al crimen…en fin…una larga serie de articulaciones que nos mostrarán lo que encierra en nosotros de problemático nuestra propia relación con nuestro deseo.
El programa presentará sus obras más importantes recuperando en cada una de ellas lo esencial de su creación, esto es, la letra en la que la poesía de la lengua se convierte en un instrumento dramático que nos describe, esa mezcla increíble entre la gloria y la sordidez que caracteriza la tragedia del deseo. “

El programa de trabajo contó con varios paneles que en esta oportunidad abordaron las siguientes obras: El mercader de Venecia, La tragedia de Ricardo III, El Rey Lear, La tragedia de Romeo y Julieta, Otelo, el moro de Venecia, Hamlet, príncipe de Dinamarca y La tragedia de Macbeth.

 La apertura de la Jornada estuvo a cargo de Olga M. de Santesteban…de su texto extraemos algunas trazas.
W. Shakespeare inaugura una nueva  época en la Poética con la creación de seres cuyo mecanismo esencial fue su división, su pasión escindida y desgarrada por profundas contradicciones. Shakespeare retoma lo que 2000 años antes Platón contaba de Sócrates que se había propuesto: descubrir lo que latía vivo en lo profundo del ser para apropiarse del sujeto.
Se dice que Shakespeare lo consiguió con su capacidad de soñar a ese ser, en la convicción profunda de atrapar su pasado porque nutre su presente pero aun más intenta recrear desde el presente ese pasado… reinventarlo… crear una invención que bajo la forma novelada de leyenda, le ofrezca la tradición familiar en la que está inmerso .
En “ Cuento de Invierno ( IV-1) decía “Lo que ahora brilla, lo haré tan viejo como mi historia”
Con este objetivo y  con el artificio del autor, rescata del drama de un sujeto su  estructura de mito para cercar o cernir la verdad y su ficción.
Cuando logra esto su obra adquiere valor universal. Esto es, que el drama que representa tiene el mismo sentido para todos los seres humanos.
Este artificio nos acerca al centro del mito donde coloca como función instituyente el lugar de autoridad que, desde el albor de los tiempos históricos, identifica su persona con la figura de la ley o sea la función del padre o del Rey… con todo el espectro que deriva de su investidura: el deseo, el amor, la pasión, la vida, la muerte, los muertos, la herencia, la sucesión, el linaje, las leyes de parentesco, lo que nos legaron, lo que dejaron, lo que hemos creado, lo que hemos acumulado, lo que derrochamos, lo que nos fue hurtado… y desplazándose en este estructura el poder, el ultraje, la injuria del opresor, las vejaciones , la cobardía, la ambición, la postergación o la anticipación del acto criminal para lograr cierto objetivo. Las mujeres: ingenuas, soñadoras, femeninas, obscenas, lujuriosas en su placer malicioso, traicioneras… en infinidad de máscaras y disfraces que encubren la maternidad criminal, asesina, que culminan en actos suicidas…
Quisiera destacar que siendo Shakespeare el iniciador del teatro moderno en lengua inglesa y renovador de los artificios del lenguaje produce una profunda ruptura, incorporando así el lenguaje popular con sus proverbios, sus dichos, sus refranes en comedias, drama, tragedias, grandes historias, epílogos trágicos. El escenario del teatro le servía para experimentar con el lenguaje y las palabras. Su léxico es el más rico que ha utilizado escritor alguno. Usó 15.000 palabras. Milton 8000
La mayoría de las palabras que inventó quedaron incorporadas al tesoro de la Lengua inglesa y muchas pasaron a otras lenguas, por ejemplo inventó:
Asesinar, sospechoso, infundado, digno de recordar, exposición, revelación, descubrimiento, lo incontable, lo innumerable, noviazgo, sombrío, triste, darse prisa, imparcial, crítico, significar, vergonzoso, abatido, solitario, desfavorable, monumental… y eso aparte de expresiones completas como:
La sombra de un sueño, una conducta vergonzosa ,jugar limpio y   cien más.

“Una frase no es más que un guante de cabritilla para un ingenio agudo¡Con qué facilidad puede volverse del revés!”
“Sí, en verdad; los que saben jugar con las palabras con frecuencia las corrompen.”
“Las palabras son unas sinvergüenzas desde que los ofrecimientos las han deshonrado”
“…las palabras han llegado a ser tan ruines que siento repugnancia de razonar con ellas”
NOCHE DE APIFANIA o LO QUE QUERAIS

El lexicógrafo inglés contemporáneo Eric Patridge en su obra
“ Obscenidades Shakesperianas” analizó las expresiones de doble sentido que Shakespeare utilizó y al final del libro confecciona una larga lista de las expresiones gruesas que usó, entre ellas nos podemos asombrar porque aparecen 68 sinónimos para designar el sexo femenino y 45 para el masculino.
Su obra está compuesta por 37/38 obras  . 17 de ellas publicadas en vida del creador. El resto  de las obras hubieran permanecido inéditas si no fuera por dos actores ( Heminge y Condell)  que las sacaron de los archivos de la compañía 7 años después de la muerte de Shakespeare y las hicieron editar
“…nos sumergimos en la obra de Shakespeare, un autor que marcó con su estilo una lengua y nos marca en cada lectura en la que se produce la renovación de un deseo que se desliza al límite de una verdadera pasión”

El primer panel fue integrado por Silvia Liberoff cuyo trabajo “La interrogación por la creación poética” fue la oportunidad para recorrer en palabras de Sigmund Freud y Jacques Lacan la profunda relación que ambos mantuvieron con ese campo de la creación. Nos ofreció algunas reflexiones de los Maestros del Psicoanálisis: …los poetas son unos aliados valiosísimos y su testimonio ha de estimarse en mucho, pues suelen saber de una multitud de cosas entre cielo y tierra con cuya existencia ni sueña nuestra sabiduría académica. En la ciencia del alma se han adelantado grandemente a nosotros, hombres vulgares, pues se nutren de fuentes que todavía no hemos abierto para la ciencia.
Nos planteó que Sigmund Freud iría abordando en diferentes obras a lo largo de los años distintos aspectos de la creación que le suscitaron interrogación (el drama, el lugar del espectador, sus afectos: el desahogo, el sufrimiento; los géneros en la creación), de donde podemos ir extractando ciertas generalidades sobre la creación poética. Rescató también que sin duda S. Freud acordaría con lo dicho por Jacques Lacan en el Homenaje a la escritora Marguerite Duras, “ella sabe sin mí, lo que yo enseño”, así como con estos pensamientos de Jacques Lacan: …sostengo sin ambigüedad, y al hacerlo creo estar en la línea de Freud, que las creaciones poéticas, más que reflejar las creaciones psicológicas, las engendran, …los poetas, que no saben lo que dicen, sin embargo siempre dicen, como es sabido, las cosas antes que los demás, …la poesía es creación de un sujeto que asume un nuevo orden de relación simbólica con el mundo.

El mismo panel estuvo integrado por Alicia de Gadda y Perla T. de Cheb Terrab quienes ofrecieron una lectura de la obra El mercader de Venecia.
“La deuda, la elección, el precio: Perder para ganar” fue el título del trabajo que  presentó Alicia de Gadda. Planteó que esta obra fue escrita en 1596, que en ella Shakespeare presenta una conjunción de elementos cómicos, dramáticos y románticos a través de los cuales formula las preguntas más esenciales que atraviesan al mundo humano: la deuda, la promesa, los intereses del capital, la sujeción a la ley, la relación al deseo del padre y a sus pecados, así como lo que se pierde y se gana tanto en el amor como en los negocios.
Nos situó en la Venecia de comienzos del siglo XVII con sus luchas raciales y religiosas, como siendo el marco en el que se entraman las diferentes relaciones: de amor, de amistad, de servidumbre, de negocios y filiales. Se podría decir que el hilo que las anuda pasa por la interrogación esencial acerca del precio que se ha de pagar para acceder al deseo, expresada en el giro que el poeta coloca en la voz del personaje Shylock quien exige “la libra de carne”, como pago del préstamo que otorgó sin interés y de éste modo burlar la acusación de usurero que recaía sobre él. “Libra de carne” arrancada bien cerca del corazón es la forma poética de la captación más genial de lo que el Psicoanálisis articula acerca del objeto del deseo.
Mostró también otra forma en que en la obra se articula, la interrogación por la deuda, la que liga a una hija al deseo del padre, aún después de muerto, posible de leer en  “la elección de los tres cofrecillos”, tema sobre el que escribió S. Freud.

     La libra de carne esa pieza separable del cuerpo… el objeto a, fue el título con el que Perla T. de Cheb Terrab presentó que en esta comedia dramática el autor nos hizo cruzar imaginariamente las aguas, entre Venecia y Belmont, para que lo siguiéramos por el camino de los enamorados, por el sendero de la amistad, por el ideal paterno, por la elección, por el pacto, por las pasiones del ser: el amor, el odio y la venganza, por el drama del deseo, por la deuda… por acceder al deseo, por el pago… con la libra de carne.
Planteó que mucho se dice sobre esta obra, cuyo argumento se nutre de la prueba de la elección del cofre, del incidente de los amillos, de la multa de la libra de carne; que correspondían a historias muy antiguas, de Oriente, escritas en latín, tomadas de cuentos italianos, o de algún escritor inglés como lo fuera Christopher Marlowe. Destacó que podemos encontrar estas referencias, pero lo que nos atrapa en William Shakespeare es el modo en que entrelazó los argumentos ya existentes produciendo algo nuevo, convirtiendo en drama temas narrados en cuentos, haciendo escritura, produciendo texto.
Su lectura de la obra mostró como el autor a través de una danza cómica fue llevando al lector por la dimensión trágica, por el drama del deseo.
Diferentes personajes, fueron desplazados por temas que en una lectura desde el Psicoanálisis se tornan cruciales: el valor de la apuesta en la elección del cofre, la creencia de una hija sobre que  su destino depende de la voluntad de su padre, el valor de la amistad, las pasiones que despierta el odio entre religiones, también la traición al mandato paterno, el valor del pacto, las condiciones para su cumplimiento, el pago exigido en todo acuerdo para acceder al deseo… la libra de carne, problemática que nos sumerge en que la deuda está sometida  a la ley simbólica que regula las relaciones entre los hombres, que tras la demanda se debe pagar por acceder al deseo… con la libra de carne, esa pieza separable del cuerpo, metáfora de la deuda simbólica.
Concluyó que William Shakespeare nos atrapa todavía en el siglo XXI, por ese milagro que contiene el texto escrito de dejar letra de una época, de un estilo.
Que nos  conmueve aún, porque como un artesano fue tallando sobre el papel letra a letra hasta formar las palabras que sumergieron a sus personajes de ficción, en las aristas de la tragedia del deseo.
Volvemos una y otra vez a su obra para pasar por ese drama, que también es el nuestro.

El segundo panel abordó  La tragedia de Ricardo III presentada por Beatriz Rajlin y El Rey Lear  por Liliana Berraondo.

“El sanguinario camino al trono: La calumnia, el crimen, la traición” fue el título para abordar la lectura de esta obra donde el autor nos ha conmovido a través de la posición tomada por el héroe trágico. Para acceder al trono, todo vale, todo obstáculo es eliminable, todo crimen es justificado. Ricardo no está marcado por ninguna legalidad que dé marco a la línea de sucesión o de herencia.
Su camino es la usurpación. Y cuando accede a ser coronado, luego de un fingido juego femenino de negarse por tres veces, lo hace aceptando la misión de salvar el honor de la corona de Inglaterra. Honor que se había empeñado en mancillar a través de urdimbres canallescas difamando hasta su propia madre para justificar su crimen.

“La herencia del padre: sus pecados” es el título con el que Liliana Berraondo abordó la relación planteada por William Shakespeare entre el Rey Lear y su descendencia, sus tres hijas. Nos presentó la posición de un padre que avanzará solo y traicionado, en un universo devastado por pasiones que entretejen una trama que permite interrogar la noción de paternidad, su lazo con la muerte, los pactos de honor, el servicio de los bienes y que al final lo encontrará, al padre, anciano Rey, desamparado, trayendo en sus brazos el cadáver de su hija menor, objeto desconocido para él de su amor.

La obra La tragedia de Romeo y Julieta fue tomada por  María I. S. de Espinosa bajo el título “Romeo y Julieta. Amor y Muerte. El valor del nombre propio desata la tragedia” : Montescos y Capuletos, se los guarda en la memoria separado del nombre de Romeo y Julieta como si nuestro deseo fuera desprender a estos adolescentes, el peso del nombre propio. Pero la obra ya está escrita tanto para ellos como para nosotros, sus oyentes, sus lectores. Dice el coro: de la entraña fatal de estos dos enemigos cobraron vida bajo contraria estrella dos amantes, cuya desventura y lastimoso término entierra con su muerte la lucha de sus progenitores. Precio muy caro de pagar para que en la dimensión del sujeto algo se atempere, para que las aguas, de los más profundos y precoces sentimientos pulsionales, se aquieten. Allí donde lo real se hace presente, el despertar de la sexualidad, el camino del deseo puede volverse dramático. Cuando el Otro familiar no pone a disposición del sujeto la falta, el sujeto avanza “sin piedad y sin temor” y el telón se cierra con la caída del héroe de la escena del mundo.

La obra Otelo, el moro de Venecia fue presentada por Nestor R. Erlejman con el título “Las pasiones del ser: amor, odio, ignorancia… Los celos”,  ofreció una lectura dondedestacó que es una obra que muestra de manera magistral y admirable, la relación, el nudo y el desplazamiento desde el amor hasta la muerte, comandado por las palabras que seducen en dirección al amor ó inoculan y horadan cual gota sobre la piedra  hacia los celos, el crimen y la muerte. Las del amor acercan, consuelan, acarician, enamoran y seducen; las  del odio y más aun en la pasión de los celos: distancian, ofenden, injurian, agreden, segregan, hieren, destruyen  y matan al otro, el semejante.
Fácil es el desliz de las palabras a los actos. Cuando las palabras destruyen y matan son instrumento de la pulsión de muerte operando en el lenguaje. En esta obra se ubica a la palabra vehiculizando un goce mortífero y autodestructivo.
Con sus  personajes  W. Shakespeare representa la naturaleza humana. No cede en su pasión de creador, ni a un alistamiento religioso ni moralista. En los personajes que habitan esta tragedia, la pasión de los celos es el motor que mueve a estos seres de ficción; los mensajes se suponen, se adivinan o se revelan a golpes de cuchillo, en un mundo de pseudocomprobaciones, falsos recuerdos e ilusiones de la memoria que desgarran una y otra vez a los que caen bajo este trágico universo semántico.

La creación que William Shakespeare hace en Otelo, el moro de Venecia ha producido que en la cultura que se vuelva antonomasia la sustitución de celoso por Otelo y viceversa… Un nombre, un personaje de ficción nominando  una pasión.

La siguiente obra presentada fue Hamlet, príncipe de Dinamarca, María Cristina S. de Pérez tituló su trabajo “Hamlet: la tragedia del deseo. Entre el crimen del padre y el deseo de la madre. ¿Cómo pagar una deuda inexpiable?”. Su abordaje de la obra fue partiendo de que Sigmund Freud elevó a Hamlet al nivel del drama del Edipo: un lugar por excelencia en el que se organiza la posición del deseo. Se pueden encontrar en sus escritos numerosas referencias a la historia del príncipe dinamarqués. Rescató que el impacto de la obra reside en que allí el escritor ha logrado una articulación paradigmática del deseo inconsciente. Así, la tragedia de Shakespeare es definida como una red, una estructura representativa del drama del deseo humano. Si se mantiene vigente a lo largo de los siglos es porque nos golpea en cuestiones que son universales para todo sujeto: el hijo frente al fantasma del padre muerto, el deseo de la madre, la relación a la mujer, el acto una y mil veces postergado, el problema del duelo. Concluyó destacando que son estas temáticas las que dan su fascinación peculiar al drama y lo convierten en símbolo de un misterio trágico inherente a la naturaleza humana.

Nancy Hagenbuch, abordando la misma obra bajo el título “Hamlet conoce el crimen de existir… Ser o no ser? destacó esta problemática en las palabras del protagonista “Ser o no ser, esa es la cuestión. Es una noble señal sufrir las huellas golpeantes de la injusta fortuna, o revelarme contra esa multitud de males. Morir dormir y nada más…” así mostró que eso, frente a lo que se encuentra Hamlet en ese ser o no ser, es reencontrar lo que le ha dicho su padre. Y lo que su padre le ha dicho en tanto fantasma es que ha sido sorprendido en la flor de los pecados. Por el crimen él es introducido en el infierno, es decir en una deuda que él no puede pagar.

Otro intervención sobre la misma obra fue la de Silvia Ovsejevich quien planteó como título de su trabajo “ Hamlet: la interrogación por el duelo” destacando las palabras de Jacques Lacan …pues si nos detenemos a observar esta obra, no podríamos desconocer, que de una punta a la otra, no se habla más que de duelo. Reparó entonces en que no puede dejar de llamar la atención, que en todos los duelos planteados en Hamlet, siempre los ritos aparecen sorteados, abreviados  y clandestinos. Los valores rituales no están considerados en esta tragedia, cuando en verdad, la función del ritual, como aparato simbólico, viene al lugar de acompañar socialmente al doliente en su pérdida. En el desarrollo de esta obra, podemos leer una serie de pistas, que dan cuenta de la relación del drama del deseo con el duelo, es decir, las exigencias del duelo.
La última participación de este panel estuvo a cargo de Norma G. de Basile, en su trabajo “ Hamlet: entre la cobardía y el acto. ¿Un legado familiar?” Planteó que Hamlet carga con la revelación doble de su padre: la de haber sido asesinado y sin haber pagado sus deudas, ya que fue sorprendido “en la flor de sus pecados; y un deseo lujurioso de la madre que no reconoce ningún duelo y ninguna deuda. Destacó entonces que será a la hora de la verdad y no sin el encuentro con la muerte, que Hamlet se situará en una posición entre la cobardía y el acto, que lo enfrentará con la cita de su destino.

Para finalizar el recorrido por algunas de las obras de este inigualable autor, Olga M. de Santesteban presentó su trabajo MACBETH: El ACTO CRIMINAL… tan horroroso y bello .
Quisiera poder transmitirles la envergadura de esta obra genial, de la que se dijo que después de la Orestiada de Esquilo, la poesía trágica no había producido nada ni más grandioso ni más terrible.
Macbeth fue escrita y estrenada en 1606 a los 42 años de su autor, cuando éste ya estaba en la cumbre de su potencia creadora. Es una obra corta.
Las fuentes que utilizó para la fábula como para tantas otras obras, fueron las “ Crónicas” de Holinshed, La “Historia de Escocia” de Buchanan, “ Las vidas de Plutarco” . Shakespeare adecua y produce una transformación sobre los datos  de las crónicas de la realidad con el objetivo de enriquecer el juego dramático y darle peso a la exigencia de la escena.
Trucos para darle al horror su verdadero peso… pero también porque Shakespeare entiende que en toda realidad, o en todo acontecimiento producido hay algo que escapa a todo intento de explicación… es la verdad, esta ahí, la albergamos en silencio y constituirá una de las razones de nuestro sufrimiento o de nuestra mortificación que nombra el horror de esa verdad.
Esa verdad formará parte de los mitos que se construyen y que dan razón a lo que escapa y se escurre de ser atrapado.
Para utilizar estos trucos, para trucar la realidad Shakespeare contó con varios elementos que le ofrecieron las creencias en lo sobrenatural. Hay  brujas, vaticinios, espectros. Es una historia que interroga las preocupaciones sobre el destino de los hombres y la posibilidad o no de cambiarlo.
Shakespeare lleva a su extremo en un tratamiento estético sin precedentes estos elementos y transforma el texto en la mayor tragedia que jamás se haya escrito.
Shakespeare  coloca en la obra lo que desde lo que desde los comienzos remotos de la cultura ha existido como la creencia que las almas de los muertos vuelven a frecuentar los lugares que le sirvieron de morada en la tierra, y se ha supuesto comúnmente que las apariciones de fantasmas presagian muertes o desgracias. En ocasiones estas almas regresan llevadas por la venganza o para encargar la realización del acto vengativo. Estamos  bordeando todo el campo del esoterismo y las ciencias ocultas.  Para esta sed de venganza aparecen los fantasmas, las brujas, las premoniciones, las profecías de los espectros… todo esto atormenta a los protagonistas hasta llevarlos a extremos inexplicables como la locura y a veces llega a causarle la propia muerte.
Shakespeare  explota estos recursos para desnudar las creencias y deseos que habitan en el hombre racional y mostrar el peso que tienen y la atracción fascinante que provocan. Atracción hacia lo que no se puede explicar… atracción hacia lo imposible.
Estas figuras  que aparecen, lo hacen bajo la forma de un espíritu liberado de su envoltura carnal.
…recordemos que existía una tendencia típica isabelina que daba gran relevancia cultural a lo oculto y a las ciencias relacionadas.
Así, el pacto con el diablo, que conduce al hombre a la perdición ( El Defaustus de Marlowe, dramaturgo de la época isabelina), la magia negra y blanca aparecen con funciones y valores distintos en el corpus Shakesperiano: desde el fantasma de Hamblet hasta las brujas de Macbeth, desde los espíritus  y elfos que popularizaron el bosque mágico de “El sueño de una noche de verano”, o las hadas quienes castigan a Falstaff por su lujuria en “Las alegres comadres de Windsor” o incluso los poderes mágicos de Próspero en “ La tempestad”.
Este interés en lo oculto, es solo justificado en parte por la relación con las leyendas populares en las que la filosofía dominante de la era isabelina se había arraigado en el ocultismo del Renacimiento que, a través de la magia, buscó penetrar en el profundo misterio de las cosas con plena conciencia de los peligros de tal empresa…
Estos elementos constituyen una presencia viva en el teatro isabelino y ocupan en Macbeth un lugar esencial en la medida en que direccionan los actos que conducirán al acto criminal… pero no solo… serán también  las encargadas de mostrar que todo acto tiene su precio y habrá que pagarlo.
Forman parte de las profundas pasiones que están en el centro de la escena unidas al horror y la locura que se encamina a lo sangriento que se desata cuando se quiere usurpar el poder del rey para obtener lo que las brujas habían vaticinado. La obra esta centrada en el acto criminal.
El acto criminal es siempre el resultado de la usurpación de lugares… y ocupa un lugar esencial en el  texto de esta tragedia que hace pasar a la escena social, la tragedia privada de Macbeth y Lady Macbeth, unidos por esa pasión que arrasa y engulle la vida que encuentran a su paso, ese carácter atrevido, violento, tenebroso, trágico… de esos seres que se unen porque la existencia se les hace insoportable. Seres unidos por una pasión devastadora.
La pasión en el campo del erotismo hace que la muerte sea deseable. El sexo desligado del amor  se ve llevado a pactar con la muerte
Hay entre ellos una unión desgarradora entre el erotismo, la destrucción y el acto criminal que adquiere la dimensión trágica esencial para el erotismo.

Sin duda es posible apreciar que fue una productiva jornada de trabajo, que no ha agotado el interés de los participantes, que superó las 200 personas, sino que por el contrario dejó como resto en el conjunto el deseo de publicación de la jornada. Proyecto que se encuentra en marcha, que permitirá  continuar durante el año 2005 trabajando en la Escuela con este autor, quien nos sigue conmoviendo en cada lectura, invitándonos a una lectura más y otra más sobre el conjunto de su obra, impactándonos por la sensibilidad con la que transmitió en trama literaria el drama del sujeto.

Selección  de párrafos: Silvia Liberoff – Perla T. de Cheb Terrab