Trabajos presentados en Intercartel

Trabajos presentados en Intercartel

El cartel: marco simbólico para la realización de un trabajo

Alicia  Pagliarani

Escrito “Situación del Psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956”, Jacques Lacan se interroga por la transmisión en Psicoanálisis y retoma la preocupación de Freud acerca de los modos de asegurar la continuidad de su pensamiento cuando él mismo ya no estuviera para defenderlo.
En el mismo texto Lacan rescata  la importancia del descubrimiento freudiano que ha podido establecer los mecanismos por los que un grupo participa de la multitud.
Freud reparó en el fenómeno que se produce a partir de la identificación del yo de cada individuo con una misma imagen ideal cuyo espejismo soporta la personalidad del jefe.
Descubrimiento sensacional, dirá Lacan, por adelantarse ligeramente a las organizaciones fascistas que lo hicieron patente.
Y agrega: “de haber puesto antes atención a estos efectos, Freud se habría interrogado más estrechamente sobre las vías particulares que la transmisión de su doctrina exigía de la institución que debía asegurarla”.
Preocupado por la situación del Psicoanálisis y los desvíos que llevaban a la pérdida de lo fundamental del descubrimiento freudiano, Lacan muestra que Freud a lo largo de su obra, no sólo consideró el aspecto imaginario, sino que permanentemente estableció la determinación simbólica a la que la función imaginaria se subordina.
Al insistir, dice Lacan, en que el análisis de las neurosis fuese siempre referido al nudo del Edipo, Freud no apuntaba a ninguna otra cosa, sino a asegurar lo imaginario en su concatenación simbólica.
El significante es del orden simbólico y Lacan lee el alcance que esto tiene en la obra freudiana en la preferencia que Freud tuvo por su “Totem y Tabú” y en el rechazo obstinado que opuso a toda relativización del asesinato del padre considerado como drama inaugural de la humanidad. Otorgándole así, un lugar primordial al significante que representa la paternidad.
Lacan se dirigió a rescatar la primacía del significante y de la determinación simbólica en la obra de Freud, por considerar que allí se produjeron los extravíos.
Su planteo es contundente cuando dice que un psicoanalista debe asegurarse en la evidencia de que el hombre antes de su nacimiento y más allá de su muerte está atrapado en la cadena simbólica, está tomado como un peón en el juego del significante y aún antes de que las reglas le sean transmitidas.
Remarcaba acentuando hasta qué punto esto estaba en Freud que la exterioridad de lo simbólico con relación al hombre es la noción misma de inconsciente en la que Freud había insistido a lo largo de su obra.
Años después Lacan avanza con los conceptos de rasgo unario y repetición y aporta un avance a la noción de masa.
El trazo unario como soporte de la identificación especular instala una identificación imaginaria, pero además es una marca simbólica que ya había articulado como Ideal del Yo.
Es a partir de la identificación inaugural del Sujeto al significante radical, al trazo unario, que la perspectiva del no- todo se abre. Con este aporte de lo simbólico Lacan avanzó sobre el todos que planteaba Freud en “Psicología de las masas y análisis del yo”.
Lacan rescató el valor de lo simbólico en la obra freudiana, además  avanzó sobre este punto y leyó en la teoría de Freud un cambio en el concepto de producción.
Es así, que en 1964 funda su Escuela y con ella el cartel. Es la invención de un dispositivo que coloca condiciones para la realización de un trabajo y para que el sujeto que el Psicoanálisis estableció, alienado, barrado, separado de su saber, tenga un lugar para hacer su producción.
La producción dependerá de la noción de trabajo puesta en juego.
Freud estableció una nueva noción de trabajo luego de proponerse investigar las relaciones entre el contenido manifiesto del sueño y los pensamientos inconscientes y pesquisar los procesos por los cuales se produce una transferencia de los pensamientos del sueño a otro modo de expresión.
Encuentra que toda la masa de pensamientos oníricos es sometida a una elaboración. Es decir que allí se produjo un vasto trabajo de condensación y desplazamiento.
Lacan en el Seminario Vl  “El deseo y su interpretación” en su retorno al texto freudiano “La interpretación de los sueños”, extrae uno de los modelos de trabajo del inconsciente.
Este trabajo tiene como motor el deseo, su producto es el texto del sueño, como texto está dirigido a Otro y se va realizando en las distintas etapas de su elaboración.
La exposición periódica al aire libre tanto de los resultados como de las crisis de trabajo, que la legalidad del cartel establece, implica la puesta en acto de la marcha del trabajo en los diferentes tiempos de su elaboración. Es decir, que lo rico de la experiencia consiste en que vale la elaboración del trabajo ya sea en un cartel de comienzo como en tiempo de disolución.
Creo que esto se articula con lo que decía Freud: “sólo la elaboración del sueño nos interesa”.
También es subversivo que en la legalidad del cartel, esté considerado exponer tanto los resultados como las crisis del trabajo. Recupero aquí algo que constituyó un rico trabajo en las Reuniones Intercartel de la Escuela, que fue situar que el concepto de trabajo propuesto por Lacan incluye la noción de crisis, cuyo estatuto lógico considera la apertura de un nuevo elemento que toma su resolución.
Mientras la psicología del grupo intenta evitar que las crisis se produzcan, en la propuesta de cartel que fue creada como un intento de corrimiento de lo personal, está considerado que la crisis se sostenga.

El orden simbólico no es abordable sino por su propio aparato.

Haremos álgebra sin saber escribir? se pregunta Lacan.
Aquí también el trabajo del sueño sirve como guía. Porque el sueño es una escritura y como el lenguaje está articulada simbólicamente.
En el cartel el escrito tiene un lugar fundamental y está articulado a la noción de producto propio. Producto propio de cada uno, no colectivo. Se presenta como un texto escrito, marcado por el rasgo singular, introduce lo simbólico sobre el real puesto en juego.
En la legalidad del cartel está considerada la permutación de los cartelizantes a nuevos conjuntos con lo que se va constituyendo la serie que hace a la experiencia.
La permutación es el juego elemental, fundamental del significante, introduce un corte y está articulada a la disolución, como intervención a los efectos imaginarios de pegamento.
En la obra de Lacan está articulada a los mitos como tentativa de resolución de un problema, a partir de una serie de combinatorias se va abriendo a nuevas significaciones. La permutación es necesaria para que algo progrese. Así como es para el sujeto, está colocado en el cartel.
Por lo tanto, el cartel aporta el marco simbólico para la realización de un trabajo que no es sin los otros.