EL CARTEL… DESEO EN CAUSA Apuesta al funcionamiento

EL CARTEL… DESEO EN CAUSA Apuesta al funcionamiento

EL CARTEL… DESEO EN CAUSA

Apuesta al funcionamiento

Perla Trajtemberg

    ¿Por qué Jacques Lacan inventó el dispositivo de Cartel?
El Cartel fue instituido como un acto dentro de la realidad de la comunidad psicoanalítica, tuvo su carácter innovador, no existía antes de que Jacques Lacan lo propusiera como uno de los dispositivos de trabajo. Como todo acto, se esperaban sus consecuencias… para la formación del analista.
Si bien en 1975, en la Jornada de los Carteles de París, Jacques Lacan nos aclara que no es en absoluto obligatorio ser analista para ser admitido en una Escuela de Psicoanálisis, ya que la Escuela tiene mucho que aprender de los formados en otras disciplinas, la Escuela se propone como uno de los lugares fundamentales para la formación del analista y Jacques Lacan nos dice que espera que en el futuro sea el Cartel uno de los modos de entrada.
En 1964 en el Acta de Fundación de la Escuela Freudiana de París decía el texto: “Yo fundo, -tan solo como lo he estado siempre en mi relación con la causa psicoanalítica-… l’Ecole Française de Psychanalyse… Este título representa en mi intención el organismo donde debe cumplirse un trabajo –que, en el campo que Freud abrió, restaure la reja cortante de su verdad- … Este objetivo de trabajo es indisoluble de una formación a ofrecer en ese movimiento de reconquista…” más adelante dirá “no tengo necesidad de una numerosa lista, sino de trabajadores decididos, como yo, desde ya, sé que lo son.”
Podemos captar en el comienzo del Acta de Fundación, la colocación de uno de los ejes fundamentales del Cartel, la relación de los cartelizantes con el trabajo y por ende lo que resulta de él: la producción
El texto plantea: “Aquellos que vendrán a esta escuela se comprometerán a cumplir una tarea que será sometida a un control interno y externo. Se les asegura en cambio, que nada será ahorrado para que todo lo que hagan de válido tenga la repercusión que merece en el lugar conveniente.
Para la ejecución de este trabajo, adoptaremos el principio de una elaboración sostenida en un pequeño grupo. Cada uno de ellos (tenemos un nombre para designar a estos grupos) se compondrá de 3 personas por lo menos, de 5 como máximo, cuatro es la justa medida. MAS UNA encargada de la selección, de la discusión y del destino reservado al trabajo de cada uno.
Luego de cierto tiempo de funcionamiento, los elementos de un grupo serán propuestos para permutarse en otro.”

      Este texto fue retomado en 1975 para ser trabajado en la Jornada de los Carteles de  París. Me pareció interesante seguir el recorrido de las intervenciones de los interesados en el tema y cómo a lo largo de la Jornada iban ubicando diferentes puntos.
Por un lado los desvíos en sus grupos de investigación, la no consideración de lo que en el Acta de Fundación había sido colocado como ser: el número de integrantes, la función MAS UNA; recuperar el modo cómo interrogaban la noción de transferencia de trabajo -rescatando el significante transferencia para el psicoanálisis-, tomando de Jacques Lacan que: “La enseñanza del psicoanálisis no puede transmitirse de un sujeto a otro sino por las vías de una transferencia de trabajo”. También las preguntas por la cuestión del nombre, de la producción y del producto, y como Jacques Lacan dejaba fluir las intervenciones hasta llegar al punto donde se le imponía volver a colocar aquello que quedaba en un texto olvidado, el Acta de Fundación, y que la experiencia de los que transitaban la experiencia venía a hacer surgir como todo un tiempo de construcción entre el texto y la experiencia misma.
En el año 2000, a 36 años de la primera formulación sobre Cartel:
¿Qué podríamos decir sobre el Cartel y su funcionamiento?
Si en el centro de la teoría psicoanalítica se encuentra el sujeto en relación a su deseo y sólo es posible hacer de éste su transmisión, ¿Qué se espera del cartelizante?
Retomando la frase: “La enseñanza del psicoanálisis no puede transmitirse de un sujeto a otro sino por las vías de la transferencia de trabajo”.  Me pregunto si el Cartel no es una de las respuestas de Jacques Lacan a este punto.
¿Y cuando el Cartel forma parte de la formación del psicoanalista? ¿Es que Jacques Lacan lo propuso como uno de los modo de entrada a la Escuela para que el analista salga de las paredes de su consultorio, del psicoanálisis en intensión y se comprometa, no aislado sino con otros, ni muchos ni pocos, para entrar en relación con los significantes: transferencia de trabajo, formación y transmisión.
¿Qué se espera del cartelizante?
Jacques Lacan decía: que cada uno se imagine ser el responsable del grupo,  tener como tal, como él, que responder.
Creo que se espera que asuma el compromiso de responder por sus  actos y sus consecuencias, decía Jacques Lacan: “Una vez que se entró en la vía de cierta elección, está hecho. Sin embargo es necesario que eso se sepa. No se sabe por qué se elige algo. La mayor parte de las veces se empieza así, por azar. Y después tiene su continuación… puesto que la elección está hecha, llevarla hasta sus últimas consecuencias”. (1976 en Estrasburgo)
Se espera que pueda someter su trabajo a control interno y externo, por fuera del horario de reunión del Cartel, por fuera de esa rutina sostenida, en otro lugar de la Escuela o por fuera de ella; se espera que pueda ocupar cuando el funcionamiento lo requiera la función MAS UNA, ese lugar vacío, intercambiable entre los miembros, que no forzosamente tiene que ser una persona, puede ser Sigmund Freud, Jacques Lacan, la Escuela, la Clínica, no forzosamente un miembro tiene que estar presente para ocupar esa función, la ausencia también puede ser un modo; se espera que pueda propiciar con su intervención la circulación del trabajo a los fines de la producción en el Cartel; se espera que pueda permutar como modo de despegarse para no quedar en el confort de lo conocido y apostar a partir de ese resto que queda como interrogante  teórico, luego de los dos años aproximadamente de trabajo, a que el deseo se sostenga en causa a los fines de seguir formalizando la experiencia.
Ser cartelizante lo entiendo como una posición y me parece que de lo que se trata es de avanzar en una toma de posición frente al psicoanálisis que lleve a poner en acto lo que causa el deseo para cada quien, si esto es la  transferencia a los significantes del psicoanálisis,  será en acto que se podrá hacer su transmisión.
Desde la experiencia que estoy transitando en Discurso <> Freudiano Escuela de Psicoanálisis, donde hace 18 años que se trabaja en Cartel, quiero rescatar el valor que ha tenido para mí el espacio de la Reunión Intercartel como lugar para interrogar los conceptos y acompañar el tránsito de la experiencia. Así como las Jornadas de Cartel, y el hecho de contar con una larga serie de Publicaciones adonde remitirse. Una de ellas el Libro “El enigma del deseo” publicado con motivo de la XXV Jornada de Discurso <> Freudiano Escuela de Psicoanálisis en el que he encontrado bajo el título “Dispositivo de cartel. Cuando la permutación hace serie…” de Olga M. de Santesteban y Alicia de Gadda, la presentación de la serie de carteles que en su permutación han sostenido la experiencia durante 15 años, experiencia que seguramente no ha sido sin impasse para los cartelizantes pero que la serie viene a poner en acto como el intento reiterado de seguir interrogándose.

Interrogarse, tal vez sea este otro modo de nombrar la posición cartelizante.