Ciclo de Cine y Psicoanálisis EL CRIMEN DE LAS HERMANAS PAPIN – el lugar donde se inscribe la Ley.

Ciclo de Cine y Psicoanálisis EL CRIMEN DE LAS HERMANAS PAPIN – el lugar donde se inscribe la Ley.

Ciclo de Cine y Psicoanálisis

EL CRIMEN DE LAS HERMANAS PAPIN…

…el lugar donde se inscribe la Ley.

Olga M. de Santesteban

Abrimos esta Jornada bajo el título: El Crimen de las hermanas Papin… el lugar donde se inscribe la ley.

Intentaremos cercar con la presentación y la película este nudo esencial que les mostrará el lazo esencial que une el crimen…al lugar de la ley.

Intentaremos la transmisión de este tema apasionante que desde los tiempos remotos de la cultura interroga a los investigadores acerca de los mecanismos que un grupo humano puede crear para alojar a los sujetos y su deseo.

El tema nos permite una reflexión sobre la condición femenina, la pasión amorosa, el sufrimiento y la mortificación que se encamina al acto criminal. En su tiempo, el crimen evocó la tragedia griega. En realidad fue la ferocidad del crimen lo que evocó la tragedia griega.

Lacan dice que las hermanas Papin evocan a las bacantes que despedazaban a sus víctimas en pleno éxtasis. Recordemos que las Bacantes es la tragedia por excelencia, la última de Eurípides que le devolvió a la tragedia su carácter de ritual sagrado y de misterio.

Las bacantes, presas de frenesí, descuartizaban, despedazaban, arrancaban los ojos a sus víctimas y mutilaban en verdaderos actos de locura.

La tragedia griega es un género teatral originario de la antigua Grecia, inspirado en los ritos y representaciones sagradas que se hacían en Grecia, cuyo argumento era la caída de un personaje importante.

El motivo de la tragedia griega es el mito –en cotejo con la condición humana.

El psicoanálisis rescató siempre que las formas noveladas que crean los poetas alrededor de los grandes mitos, han engendrado nuevas dimensiones del ser.

Sigmund Freud encontró en la genealogía trágica de los mitos –partiendo de la saga de Edipo- el crimen…crimen que nos muestra la trama más esencial de la relación del sujeto con el lugar donde se inscribe la Ley. Siguiendo esta huella logró atrapar la ley que regula el deseo y las formas de goce para todo sujeto.

Consideró que la Tragedia griega nos presenta un drama que pone en acto fantasmas esenciales que logró ubicar en el sujeto para dar razón al erotismo que da su fundamento al deseo y al campo de la sexualidad.

Estas figuras emblemáticas muestran esa íntima y misteriosa dimensión pasional del amor, del deseo y del goce femenino…que nos atrapan en su fascinación por la desmesura.

Los poetas griegos consideraron el lugar del espectador como esencial para lograr una “purificación de las pasiones”, pasiones que cada hombre posee y así, al asistir a la tragedia que se monta como una experiencia humana, la caída del héroe trágico y el castigo por su crimen –que se creía probable y necesario- permitían al espectador inscribir una dialéctica que vincula el crimen con la Ley. De este modo el espectador adquiría la sensación de que cuanto sucede al héroe o a la heroína, habría podido sucederle a él.

La importancia de los mitos, tal como lo planteaba Jacques Lacan, es que tienen por finalidad explicar los grandes misterios de la vida y de la naturaleza…poetizan “las grandes contingencias de una vida: la muerte, la mujer, el padre”. Y “lo que aún permanece en nuestra cultura de los mitos griegos constituye nuestra frágil amarra con el ser…que nos muestra la matriz originaria de la representación de nosotros mismos ante la ley. Y esto…porque el mito es una fórmula discursiva de transmisión de una verdad.

El mito de Edipo es el mito del origen del sujeto.

Volvemos siempre al mito para extraer el enigma de una voz y el ser, las máscaras del placer amoroso y el goce femenino -tal como lo vivió el adivino Tiresias- al atreverse a formular la pregunta esencial: ¿Cómo goza una mujer? y ¿el precio a pagar?… en el centro de la interrogación por el crimen y la ley, que sea un mito de origen indica que hay aquí un nudo esencial que marca la pregunta por la paternidad y la fe en la palabra de mujer. En verdad el padre es un acto de fe.

Desde la tragedia antigua -como rito colectivo de la polis- una larga historia en las obras de Esquilo, Sófocles, Eurípides nos ofrecen las protagonistas femeninas atormentadas por pasiones que se enfrentan al mundo de la razón…

Continuando la interrogación por el crimen, les ofreceremos una película sobre el “Crimen de las hermanas Papin”, que narra la historia y una extensa investigación a través de documentos, entrevistas e informes de archivo, relacionados con la familia Papin y sus tres hijas.

En Le Mans, en la casa de unos honorables burgueses de la pequeña ciudad provinciana, donde vivían un abogado, el Sr. Lancelin, su mujer y su hija Geneviéve; trabajaban hace siete años Christine (de 28 años) y Lea Papin (de veintiuno), como criadas con la familia Lancelin, criadas modelo, se ha dicho, excelentes trabajadoras, criadas-misterio, también, silenciosas… Lacan decía que este silencio, sin embargo, no podía estar vacío, incluso si era oscuro a los ojos de los actores.

Asisten a misa los domingos, no tendrán amistades, no se tratarán con nadie en el vecindario, pasarán sus horas libres recluidas en su cuarto, cosiendo, bordando…seres oscuros en un mundo enigmático, no dirigían la palabra a nadie, seres de una vida ritualizada que viven enteramente replegadas sobre ellas mismas.

Lacan se preguntaba, pero… ¿acaso le han preocupado a alguien hasta entonces, las rarezas que presentaban?

Hasta que un día, al anochecer, la oscuridad que las unía se materializa debido a un trivial apagón doméstico de la electricidad, se corta la luz, y el drama se desencadena muy aprisa llevando de golpe al paroxismo el furor; y se produce el asesinato de la Sra. Lancelin y su hija, cometido por las empleadas domésticas Christine y Lea Papin… sus palabras fueron: “sí, las masacramos”.

El crimen ha quedado registrado como un caso que nunca se había visto en los anales de la criminología francesa, un crimen “tan horrible, abominable y monstruoso como el sucedido la tarde del 2 de febrero de 1933 en la ciudad de Le Mans, al norte de Francia”… así expresaban su estupor los encargados de la justicia civil (policías, criminólogos y psiquiatras forenses).

Estupor ante la orgía de sangre, desconcierto por el trágico misterio, pero sobre todo, por la opacidad del enigma que envuelve esas vidas.

La película que ofrecemos, participó en la decimosexta edición del Festival de cine realizada en Mar del Plata, en marzo de 2001, recibiendo dos premios: el Ombú de Plata al mejor director Jean Pierre Denis; y otro para la mejor actriz Julie Marie Parmentier, que encarnó a Lea Papin, que han transformado lo siniestro y sórdido en belleza estética.

Tanto la película como la investigación posterior sobre la historia de la familia Papin, nos ofrece un relato apasionante, bellamente plasmado en las imágenes, que nos permitirá captar las consecuencias de la maternidad intrusiva, e inquisitoria, cuya dislocación delirante y vejatoria de todos los actos éticos que determinan a un sujeto, constituyen los antecedentes que se encaminan al acto criminal…y que nos muestra la locura de dominio, de manipulación, de celos, de reivindicación, de usurpación… que se encamina siempre al pasaje al acto como solución a la mortificación de un real en juego.

         La monstruosidad del crimen se inscribe en el terreno jurídico, pero rápidamente se desplazó al campo psiquiátrico para interrogar la responsabilidad del acto criminal…Jacques Lacan publica en la revista surrealista Le Minotaure, su artículo Los motivos del crimen paranoico…luego pasa al campo de la literatura, en 1947 Jean Genet publica su obra Las criadas, basado en esta historia…Jean Paul Sastre en Saint Genet et martyr y Simone de Beauvoir…con La force de l’age…recrean los hechos sucedidos aquel 2 de febrero de 1933 en la ciudad de Le Mans, en el norte de Francia…Paulette Houdyer publica Le diable dans la peau… más tarde Van Thier y Papatakis filmaran Les abysses… Jean Pierre Denis vuelve a llevar nuevamente al cine Les blessures assassines y Claude Ventura En quete des soeures Papin intenta con una nueva mirada ir a la búsqueda e investigación de la historia de las hermanas Papin, para buscar las razones de este asesinato salvaje en el centro de la opresión social, la censura sobre el sexo, la educación religiosa asfixiante en una pequeña y chata ciudad de provincia…en esa existencia campesina, el padre aparece como alcohólico, brutal, ha violado a una de sus hijas…pero la hipocresía social, produjo el milagro del silencio.

Volveremos a recorrer esta historia atravesando los diferentes escenarios que a través del tiempo guardan los signos del silencio.

Les presento así los ejes esenciales del Psicoanálisis atrapados en este programa que nos muestra los significantes fundamentales de un sujeto en la cultura, cuando alguno de ellos es alterado, resulta una profunda conmoción donde el sujeto queda desprovisto de todo sentimiento, esencialmente el amor…razón por la cual puede dar solución a su padecimiento a través del pasaje al Acto criminal.

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Para continuar atrapando los ejes que determinan el acto criminal, iremos al lugar esencial donde se desarrolla la maternidad intrusiva e inquisitoria, cuya dislocación delirante y vejatoria de todos los actos éticos que determinan un sujeto, esto es, la familia… escucharemos algunas notas del escrito de Jacques Lacan, “Los complejos familiares en la formación del individuo” de 1938 que nos presentará Adriana Beuille