EL CRIMEN DE LAS HERMANAS PAPIN “Los complejos familiares en la formación del individuo” de Jacques Lacan

EL CRIMEN DE LAS HERMANAS PAPIN “Los complejos familiares en la formación del individuo” de Jacques Lacan

EL CRIMEN DE LAS HERMANAS PAPIN

“Los complejos familiares en la formación del individuo” de Jacques Lacan

Adriana Beuille

La reflexión sobre la familia constituyó para Sigmund Freud un tema central en su teorización y en su descubrimiento del inconsciente, a partir de su retorno a la Antigua Grecia, a la larga historia de las familias monárquicas, a las transformaciones de sus relaciones internas hasta llegar a la familia burguesa, va a ubicar un pasaje de la familia biológica a la familia en relación al deseo.

Pasaje que abre el camino desde la decadencia del patriarcado a una nueva concepción de la familia donde el lugar del padre fuera redefinido.

Cuando hablamos de la familia debemos hablar de complejos familiares y para ello tomaré algunas puntuaciones del trabajo de Jacques Lacan sobre “Los complejos familiares en la formación del individuo” de 1938 escrito luego del trabajo sobre “Motivos del crimen paranoico: El crimen de las hermanas Papin” a fines de 1933.

Antes de este trabajo Jacques Lacan elabora en su retorno a Sigmund Freud “El estadio del espejo” una nueva lectura acerca del narcisismo. Con lo cual el complejo familiar debe ser leído a partir de la metapsicología freudiana, es decir una relación entre el complejo y la pulsión.

El complejo fue definido por Sigmund Freud como factor inconsciente, se revela como la causa de efectos psíquicos como actos fallidos, sueños, síntomas. Hay una representación inconsciente, designada como Imago. Complejos e Imago han revolucionado la psicología, especialmente la de la familia, que se ha revelado como lugar de elección de los complejos más estables y más típicos.

Los complejos son organizadores en el desarrollo psíquico, así, no solo justificaciones pasionales están motivadas en el inconsciente sino también racionalizaciones objetivables, las creencias delirantes en las que el sujeto afirma un complejo como una realidad objetiva, lo que se muestra en las psicosis familiares.

Complejos, imagos, sentimientos y creencias, son estudiadas en relación con la familia y en función del desarrollo psíquico que ellos organizan, desde el niño criado en la familia hasta el adulto que la reproduce.

La oralidad fija en el psiquismo la relación con la lactancia bajo el modo parasitario que exigen las necesidades de la primera edad del hombre. Representa la forma primordial de la Imago materna. El destete a través de todas las contingencias operatorias que implica, cuyos efectos individuales, anorexias, toxicomanías, neurosis gástricas revelan sus causas al Psicoanálisis.

Jacques Lacan subraya que la familia está organizada como un conjunto de representaciones inconscientes, marcadas por las funciones que anudan a lo paterno y a lo materno.

La identificación es una función psíquica, cuya originalidad ha sido establecida especialmente en el Complejo de Edipo, en el estadio denominado Estadio del Espejo, el reconocimiento por parte del sujeto de una imagen en el espejo, es dos veces significativo, el fenómeno surge a partir de los 6 y hasta los 18 meses, y nos va a revelar las tendencias de constitución de la realidad del sujeto, la imagen especular aporta un buen símbolo de dicha realidad, de su valor afectivo, ilusorio como la imagen y de su estructura como reflejo de la forma humana, la percepción de la forma del semejante como unidad mental está ligada a un nivel correlativo de inteligencia y sociabilidad.

Esta es una estructura arcaica del mundo humano, cuyos profundos vestigios ha mostrado el análisis del inconsciente, fantasma de desmembramiento, de dislocación del cuerpo entre los cuales las de castración son una imagen valorizada por un complejo particular, la Imago del doble cuyas objetivaciones fantasmáticas podemos encontrar en los sueños y en los síntomas.

Lo que el sujeto saluda en la imagen especular es la unidad mental que le es inherente. Lo que allí reconoce es el ideal de la Imago del doble, este es un mundo narcisista, todavía no contiene al prójimo, antes de que afirme su identidad el yo se confunde con esta imagen que lo forma, que lo aliena primordialmente.

El yo conservará de este origen la estructura ambigua del espectáculo del despotismo, de la seducción, del pavoneo, da su forma a pulsiones sadomasoquistas y escoptofílicas (deseo de ver y de ser visto), destructivas del prójimo en su esencia. Esta intrusión primordial permite comprender toda proyección del yo constituido, ya sea que se manifieste como mitomaníaca en el niño, cuya identificación todavía es vacilante, como transitivista en el paranoico, cuyo yo regresa a un estadio arcaico, o como comprehensiva cuando está integrada en un yo normal.

El yo se constituye al mismo tiempo que el prójimo en el drama de los celos, para el sujeto es una discordancia que interviene en la satisfacción, es decir la inclusión de un objeto tercero, competencia de una relación triangular. El sujeto atrapado en los celos por identificación, desemboca en una alternativa nueva en la que está en juego el destino de la realidad o bien reencuentra el objeto materno y se aferra al rechazo de lo real y a la destrucción del otro, (esta primera fórmula la veremos desarrollarse en la película) o bien conducido hasta algún otro objeto, lo recibe bajo la forma del conocimiento humano, ya que competencia implica al mismo tiempo rivalidad y acuerdo.

También puede reconocer al otro con que se produce la lucha o el contrato, en suma, encuentra al mismo tiempo al prójimo y al objeto socializado, (esta tercera posibilidad no la veremos en la película). El yo no alcanza antes de los tres años su constitución esencial, su sociabilización, a través de la simpatía celosa funda su pensamiento y su substancialidad. Estos rasgos son esenciales en el papel psíquico del complejo fraterno, el papel traumatizante del hermano está constituido por su intrusión, el hecho y la época de su aparición determinan su significación para el sujeto.

La intrusión parte del recién llegado para infectar al primogénito, sorprendido por el intruso en el desamparo del destete, lo reactiva sin cesar ante su espectáculo, hace una regresión, según los destinos del yo, que se revelará como psicosis esquizofrénica, o neurosis hipocondríaca, o bien reacciona mediante la destrucción imaginaria del monstruo, lo cual dará lugar, ya sea a impulsos perversos o a una culpabilidad obsesiva.

Si el intruso aparece después del Complejo de Edipo, es adoptado en el plano de las identificaciones parentales más densas afectivamente y más ricas por su estructura, ya no es para el sujeto el obstáculo o el reflejo, sino alguien digno de amor o de odio, las pulsiones agresivas se subliman en ternura o en severidad.

Las conexiones de la paranoia con el complejo fraterno se manifiestan por los temas de filiación, de usurpación, de desposeción, del mismo modo que su estructura narcisista se revela en los temas más paranoides de la intrusión, de la influencia, del desdoblamiento del doble y de todas las transmutaciones delirantes del cuerpo. El grupo familiar reducido a la madre y a la fratria, perfila un complejo psíquico donde la realidad tiende a permanecer imaginaria.

La clínica muestra que el grupo así descompletado es muy favorable a la eclosión de las psicosis y que en él se encuentra la mayoría de los casos del delirio de a dos, en la película esto se muestra muy bien

Sigmund Freud dio a luz el concepto de complejo al descubrir en el análisis de las neurosis los hechos edípicos. El Complejo de Edipo define las relaciones psíquicas en la familia y le subordina todas las variaciones sociales que podemos encontrar. Esto ha permitido situar en la historia a la familia paternalista. La existencia de la sexualidad infantil ya no se discute, las instancias psíquicas como el Superyo y el Ideal del yo nos dan cuenta de un orden para explicar muchas anomalías del comportamiento humano, como ser inhibiciones de la actividad creadora, como inversiones sexuales y un gran número de trastornos que aparecen en el plano de las funciones somáticas. Todo esto está muy bien representado en la película.

Descubrir que desarrollos tan importantes para el hombre como la represión sexual y la sexualidad estaban sometidos a la regulación y a los accidentes de un drama psíquico de la familia, fue proveer una contribución muy importante a la antropología del agrupamiento familiar, especialmente al estudio de las interdicciones que ya se formulaban universalmente y que dichas interdicciones recaían sobre el comercio sexual entre los miembros de la familia.

El deseo edípico se muestra más intenso en el niño, la represión revela que esto se debe al complejo de castración. Esta represión se opera mediante un doble movimiento del sujeto, agresividad contra el progenitor respecto del cual su deseo sexual lo sitúa como rival, temor secundario experimentado como retorno de de una agresión semejante. Ambos movimientos se apoyan en un fantasma, este fantasma consiste en la mutilación de un miembro, que solo puede servir para castrar a un macho, pero la realidad aparente de este peligro llevo a Sigmund Freud a concebirlo como experimentado por su valor real, en un temor inspirado en el macho por el macho, el padre.

En esta vía Freud contaba con el apoyo de un dato sociológico, no solo la interdicción del incesto con la madre tiene un carácter universal, mediante las relaciones de parentesco infinitamente diversas y a menudo paradójicas que las culturas primitivas marcan, con el tabú del incesto sino que además, cualquiera que sea en una cultura el nivel de la conciencia moral, esta interdicción es siempre expresamente formulada.

Jacques Lacan toma el texto freudiano “Tótem y Tabú” (que después veremos) para ubicar que se produce el salto teórico de la familia conyugal que él observaba en sus sujetos, a una hipotética familia primitiva concebida como una horda, dominada por un macho que en razón de su superioridad biológica, acapara a las hembras jóvenes. Se basa en un vínculo que se constata entre los tabúes y las observaciones respecto del tótem alternativamente objeto de inviolabilidad y de orgía sacrificial. Imagina un drama del asesinato del padre por parte de los hijos, seguido de una consagración póstuma de su poder sobre las mujeres por parte de sus asesinos, prisioneros de una rivalidad irresoluble, acontecimiento primordial del que con el tabú de la madre, habría surgido toda tradición moral y cultural.

La tiranía permanente ejercida por el jefe de la horda, se reduciría a un fantasma cada vez más incierto a medida que avanza nuestro conocimiento del hombre. Las huellas universalmente presentes y la amplia supervivencia de una estructura matriarcal de la familia, una represión muy rigurosa de la sexualidad, manifiestan que el orden de la familia humana tiene fundamentos que se sustraen a la fuerza del macho.

El complejo de Edipo ha permitido desde hace muchos años objetivar la estructura psicológica de la familia, el Complejo de Edipo marca todos los niveles del psiquismo.

El material de la experiencia clínica revela que el fantasma de castración está precedido de toda una serie de fantasías de la dislocación y el desmembramiento pasando por la eviración, por la eventración, hasta la devoración y el enterramiento, que corresponden a todas las privaciones que se colocan dentro del seno de la familia.

El complejo de Edipo marca la cima de la sexualidad infantil, es también el resorte de la represión que reduce sus imágenes al estado de latencia hasta la pubertad, aunque determina una condensación de la realidad en el sentido de la vida, es también el momento de la sublimación que en el hombre abre a esta realidad su extensión desinteresada. La estructura del drama edípico designa al padre para dar a la función de sublimación su forma más eminente. La Imago del padre, a medida que se hace dominante, polariza en ambos sexos las formas más perfectas del ideal del yo, de las que bastan con indicar que realizan el ideal viril en el muchacho, en la niña el ideal de la femineidad.

Jacques Lacan siguiendo a Freud sostiene que todo sujeto está sometido a la ley simbólica, con su construcción de los tres registros Simbólico, Imaginario y Real hace una lectura del complejo familiar en la psicosis, ubicando el lugar del padre no como función interdictiva en su doble operación sobre el lugar materno y sobre el niño, lugar de la primera sublimación, sino como padre real, lugar del que no representa una función sino quien la encarna, dejando al niño bajo los efectos de una maternidad intrusiva que no permite un lugar de existencia para el niño, queda como un objeto, como una marioneta, así lo encontramos en la película que vamos a ver.

Esto es lo que Lacan llama grupo familiar descompletado, allí donde la alteración de las categorías espacio y tiempo, que no se han podido adquirir en el Estadio del Espejo modifican su relación con la realidad, lleva a un aislamiento social al que este grupo familiar es propicio y alcanza su efecto máximo, en la “pareja psicológica” (término tomado por Lacan del Dr. Logre), formada por una madre y una hija, o dos hermanas como el caso de las hermanas Papin, denominado “folie a deux” por la psiquiatría o delirio de a dos.

Jacques Lacan continúa sus investigaciones a lo largo de los años, y va a decir que en realidad se trataba de tres Clemence la madre, y sus hijas Christine y Lea, porque Emilia la hermana mayor se había ido muchos años antes cuando entra de monja en el convento, y deja el camino libre a esta furia materna sobre las hijas que siguen.

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Olga M. de Santesteban:

Continuaremos abordando este tema apasionante para escuchar el aporte esencial de Sigmund Freud sobre el tema del crimen. Lo más increíble de este trabajo es la recuperación que realiza Freud de la organización de los primeros grupos humanos, donde los hombres que se encontraron -y hasta hoy no se han encontrado otras organizaciones humanas- captaron que para construir los grupos humanos debían lograr un acuerdo esencial sobre las interdicciones más importantes que darían fundamento a los logros culturales: no matarás y no cometerás incesto, se convirtieron para todo hombre en un referente crucial de una posición ética. Escucharemos a Perla Trajtemberg en la recuperación de algunos ejes del trabajo de Sigmund Freud ,“Totem y Tabú”