CENTRO CULTURAL KONEX 2004

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Veladas de Literatura <> Psicoanálisis

CENTRO CULTURAL KONEX

31 de Mayo de 2004

LA ESTRUCTURA de la  CREACIÓPN ARTÍSTICA EN LA OBRA DE JAMES JOYCE

Olga M. de Santesteban

Quisiera en esta ocasión bordear algunas reflexiones acerca de la estructura de la creación artística en la obra de James Joyce.
Con Joyce tenemos la experiencia de cómo un sujeto modula las palabras hasta encontrar en sus raíces el rasgo capaz de inventar otras que le permita nombrar su relación específica al goce.
Los biógrafos y estudiosos de la vida y de la obra de Joyce señalaron siempre que al considerar el cotejo entre los acontecimientos de su vida y cómo estos eran presentados en su obra… se producía un fenómeno absolutamente increíble que sin duda, en parte, corresponde a lo que Joyce tenía de genio… observan que los acontecimientos de su vida van convirtiéndose en recursos artísticos desde el momento mismo en que captan su atención.
Pero la lectura de su obra a lo largo de muchos años, acompañada de la lectura de sus biografías, su correspondencia y escritos y las cartas de los seres que estuvieron cerca de él, nos muestran otro fenómeno aún más profundo y más fascinante…
Vemos que le era necesario, casi imperioso asistir ya sea bajo la forma de relatos o de la letra escrita a que le sean ofrecidas ciertas dimensiones donde se figura la realización de ciertos hechos que él va modulando con sus obsesiones… en una fantasmagoría dolorosa hasta constituirlos en verdaderos acontecimientos… producido esto pasa a constituir la materia prima con la que generaba su escritura.
Son hechos que se habían producido?
Es muy posible que no…
Son hechos que iban a ser producidos?… Es muy posible que no… nada en su correspondencia lo ratifica… corresponden a un momento determinado de sus obsesiones…
En verdad en su correspondencia encuentran un cierre y nada indica que pasen a realizarse en su realidad… lo que si constatamos es que pueden encontrarse en sus escritos.
Un ejemplo de esto lo constituye el tiempo en que vuelve a Dublín en 1909…
Dentro de la correspondencia hay una parte que fue ubicada por los estudiosos de Joyce como “las cartas sucias”, dentro de las “Cartas Seleccionadas de James Joyce” y muestran allí que andar por Dublín (recordemos que se había ido en 1904) suponía encontrar amigos y enemigos de manera inevitable.
En uno de esos encuentros con uno de los que habían sido uno de sus amigos que se dice le guardaba rencor… la conversación gira hacia el tema de Nora y le comunica que al mismo tiempo que comenzó a salir con Joyce, salía con él… Joyce queda consternado… se desespera por la supuesta traición de Nora… Recordemos que la visita a Dublín había exacerbado su sentimiento respecto a las antiguas traiciones.
A la hora de escuchar el relato le escribe a Nora acusándola por la traición.
Se dice que gracias a esta necesidad de sentirse engañado… la literatura universal es ahora más rica…
A partir de esta carta comienza el circuito de las “cartas sucias” que va desde la puesta en cuestión de la paternidad (Recordemos que él viaja a Dublín con su primer hijo Giorgio o Giorgie) hasta lo que se considera como los elementos más escatológicos de su escritura.
El encuentro con otro amigo lo convence acerca de la “maldita mentira” y de la calumnia que había tramado la primera versión.
Comienza entonces la correspondencia donde se arrepiente de haber puesto en duda la palabra de Nora y de sus acusaciones. Y busca desesperadamente exorcizar el pasado y entra así en una catarata de fantasías que lo llevan a producir cartas que NO SON ERÓTICAS pero que constituyen una demanda imperiosa, exaltada de que ella escriba cartas obscenas…
La incita, a que ella escriba aquello que él no soporta escuchar y que no está acostumbrado a decir… pero necesita leer…
Nora escribía, lo incitaba, expresándole todo aquello que deseaba que él le hiciera al volver a encontrarse…
Los mitos y fantasmas de la vida, la muerte, el sexo, la paternidad, el enigma de lo femenino, las pasiones, el amor mostrados en su articulación a la estructura del lenguaje hacen en la creación de Joyce un verdadero enigma que lleva a su lector a una verdadera construcción… al verse llevado a desenmascarar lo que ha definido como el objetivo del escritor, el ser un verdadero “corruptor de palabras” (shem) o el “buscador del nido del mal en el seno de la buena palabra”. … ese intento de arrancar las palabras de su significación habitual, del sentido obvio…
Una verdadera creación y una experiencia del exilio que el lenguaje ofrece cuando el creador llega al límite mismo en el que se cuestiona los fundamentos de la lengua que se usa en determinada época.
Se ve llevado entonces a crear un lector… o de poner a trabajar a su lector… es arduo leer a Joyce aún así, su obra nos retiene… a pesar nuestro… pasan los años y es difícil decir que conocemos su obra… estamos apresados, en su obsesión, esto sí, quizás, sin duda… sería un sueño maravilloso… que lo fuera por 300 años… pero contamos con una sola vida…
Apresar la maniobra joyceana, el nuevo estilo de abordar las profundas contradicciones del sujeto bordeando lo profano y lo burlesco nos enfrenta a hacer un nexo aparente con realidades que son opuestas y que se presentan como contradictorias para llegar a constatar que en verdad son nexos disparatados que no tienen ninguna posibilidad de unirse
… se ha perdido el sentido…
… pero en esta maniobra somos atrapados porque al recorrerla, tiene la profunda genialidad de suscitar nuestros pensamientos.
… y esta ha sido su invención.
Novelas… una serie… donde en el final ya ni siquiera había personajes porque los mitos y el lenguaje serán los verdaderos protagonistas.
Ya en el Ulises la utilización del mundo griego y sus mitos nos llevó a recuperar el valor de los nombres sobretodo porque Joyce diagrama la vida del personaje literalmente al origen del nombre.
Por ejemplo Dedalus, era un arquitecto mitológico que no encontraba el modo de salir del laberinto que él mismo había construído.
Era presentado como un sabio que sin embargo era incapaz de salir de su laberinto.
Stephen remite a Esteban, que fue el primer mártir de la Iglesia Católica.
Joyce atraviesa a su personaje con el rasgo de víctima de una sociedad que no le da lugar y lo sacrifica hasta identificarlo con una verdadera víctima… de la sociedad, del sistema religioso, de la familia… lanzado a la búsqueda del padre… como lugar ordenador de un mundo que lo restituya a su lugar de sujeto.
Joyce lleva al límite la idea de que el sujeto ante todo es hijo del significante, hijo de la cultura, hijo de su siglo.
El lenguaje pasa así a ser la única patria del sujeto en ese límite que marca el exilio de todo sujeto de su goce fundador.
… quizás Joyce se despista al plantearlo segregado de la sociedad porque en verdad si de algo está segregado el sujeto… es de su goce fundador.
Sin duda que hay exilio… pero no en la estructura social, sino del goce fundador… lo que si es verdadero es que si no está segregado del goce fundador queda en un permanente encuentro con la segregación, con la obscenidad, con la angustia desesperada… que deriva del mundo de las obsesiones y las fantasmagorías.
En este punto su obra es ejemplar…
Y al mismo tiempo al considerar el valor decisivo de lo que llama la tradición, la cultura, el mundo Occidental Judeo Cristiano se inscribe como creador en la literatura que reconoce la incidencia fundamental de lo que nos antecede
… esta determinación es esencial y las desparrama en su obra, surgen así las citas en griego, latín, la referencia a los autores que lo anteceden porque estas referencias cuentan para cada sujeto de la cultura en los hechos y acontecimientos que se presentan y que le exigen un acto…
Es mérito de James Joyce el haber creado una obra donde la creación artística brinda la posibilidad de invención para hacerse ser en un libro que nos muestra la potencia del lenguaje… y que sobrevive a su autor, esto es, que marca una fecha en la historia del pensamiento e introduce en la literatura lo que nunca se había hecho así… por esto es el acontecimiento Joyce.