SOBRE EL SINTOMA EN AL CLINICA DE NIÑOS

SOBRE EL SINTOMA EN AL CLINICA DE NIÑOS

CLINICA PSICOANALITICA II.

SOBRE EL SINTOMA EN AL CLINICA DE NIÑOS

Biografía Infantil: Apuntes para una nueva nosología 

Cristina S. de Pérez  

En su Seminario de 1964-65 “Problemas cruciales para el psicoanálisis”, Jacques Lacan expresaba su deseo de que a partir de definir el estatuto del síntoma en su referencia al saber, fuera considerada una cierta “revisión nosológica”, es decir nuevas fórmulas para establecer las categorías clínicas que se ajustaran más precisamente al descubrimiento efectuado por Sigmund Freud. Distingue así tres posiciones diferentes según las fórmulas: “yo no sabía” para  la neurosis,  “sé pero no quiero hacer saber…” para la perversión y  “en alguna parte se sabe lo que quieren decir esos signos…” para la paranoia.

Tres años más tarde, en 1968, esta vez al dictar el seminario “De un Otro al otro”, planteaba que “…la cuestión sobre la cual tendríamos nosotros que interrogarnos….,   …a saber lo que determina la biografía infantil y cuyo resorte  no es siempre bien evidente, más que en el modo en el cual se han presentado lo que nosotros llamamos deseos, en el padre, en la madre y que por consiguiente nos incitan a explorar no sólo la historia, sino el modo de presencia bajo el cual cada uno de estos tres términos: saber, goce y objeto a han sido ofrecidos efectivamente al sujeto……

Entonces…   no  hay elección…,     la elección estaba ya hecha al nivel de lo que se ha presentado al sujeto pero que no es perceptible, ubicable, más que en función de estos tres términos….

En función de esta rica conceptualización, que J. Lacan nos aporta,   abordaré una demanda de tratamiento para un  sujeto de cuatro años cuyo síntoma es  enuresis, siguiendo el esquema  propuesto por J. Lacan como una respuesta posible a la interrogación abierta sobre la nosología así como una nueva manera de considerar una  biografía infantil.

Entonces,  nuevas fórmulas, nuevos significantes para nombrar una historia: …..la constelación que presidió su nacimiento, …la función del deseo de la madre, ….la emergencia real de  la genitalidad en el niño, ….un saber no sabido que estalla en el síntoma,  serán algunos de los ejes que permitirán leer la posición de sujeto del niño.

Ilustraré estos conceptos a partir de un material clínico:  

1-La presentación de la demanda: articulaciones entre el síntoma y la constelación original que presidió el nacimiento del sujeto.

“Si vas con mujeres, no te olvides del látigo…”

Se trata de  un niño de tres años  y diez meses que es derivado por su pediatra por enuresis nocturna a partir del comienzo del año lectivo. Actualmente en jardín de infantes, cuenta la madre que tuvo dificultades para adaptarse al jardín de infantes el año pasado  y se resistía a entrar hasta que contrajo un bronco espasmo por lo que estuvo ausente  algunos días, luego lloró todos los días antes de entrar cada mañana al colegio   Dice la madre: “todos los días un llanto en la entrada…..,  este año en cambio comenzó bien el colegio pero se hace pis todos los días…”.

Es un niño que ocupa en la familia el lugar del último nieto y sobrino y ha llegado en un momento muy especial…  ya que coincide con la muerte del abuelo materno y fue lo único que consoló a la abuela de la muerte del esposo. Con respecto al abuelo paterno, que había quedado viudo el año anterior,“es para él decididamente el nieto preferido…”

 La muerte del   abuelo materno fue repentina tras  haber sido operado exitosamente del corazón, se produce un paro cardíaco luego de diecisiete días en coma. Si bien , según la madre plantea,  este embarazo estaba planeado, es en esta constelación tan particular que el embarazo se adelanta  (fue en septiembre, la muerte del padre en junio).

 Con respecto al padre del niño,  flamante abogado, comenzó su carrera  antes del nacimiento de este,  trabajando al mismo tiempo como profesor para mantener a la familia quedando el niño prácticamente al cuidado exclusivo de la madre a lo largo de todos estos años, cuestión que ella refiere con gran carga,  “…estaba agotadísima, ahora es un poco distinto desde que él se recibió…”

Harta del pis…,  lo levanta mojado todos los días  y  “…hay que volverlo a bañar”, a veces ella a veces el padre y luego “…para que no tome frío lo mandamos a la cama con la hermana…!”

La interpretación de la madre es la de la escuela: “es un niño muy inmaduro…”

El padre sentencia “lo tratan como a un bebé…”. A la mañana en la cama con la hermana para no tomar frío, a la siesta con la abuela… porque “en fin…, es ella la que lo va a buscar a la escuela y le da de comer…., el niño, a quien la madre nunca ha dejado  sin alguna de estas mujeres cerca se inscribe claramente bajo un linaje materno.

Sabemos que en sí mismo el síntoma es goce, sólo basta recordar en cuanto Freud valorizó la equivalencia del orgasmo con el síntoma y en este caso especialmente la enuresis nocturna como portavoz de la satisfacción sexual.

Se le plantea a la madre:

-Bueno, …se le podría pedir que se lave y luego que se vista, porque bueno… para que darle la ventaja de meterse en la cama con la hermana…! Ud. sabe es un momento muy particular, y como dice el libro se producen las primeras erecciones en el niño…   Contesta la madre: Ah!…sí, todo el tiempo, yo veo que está todo el tiempo con erecciones…!

Lacan va a llamar a este momento  el momento de la turgencia, se trata para el niño de la integración de lo real de su genitalidad…  es la expresión de la pulsión en su forma más primitiva.

Se trata del carácter simbólico de este momento. No hay nada ordenado previamente en el orden imaginario para permitirle al sujeto asumir el hecho con el cual se enfrenta de forma aguda en dos o tres  momentos de su desarrollo infantil, el fenómeno del crecimiento. Es la irrupción de un elemento totalmente distinto que introduce una  perturbación al mismo tiempo  que amenaza con hacer saltar todo por los aires.

La emergencia de este elemento nuevo en el circuito  interrogará no sólo el pene del niño, también el pene de los grandes y fundamentalmente el pene del padre.  

2-El sujeto espera su lugar en el saber.

Formulada la demanda la  estructura significante se pone en marcha y las intervenciones producen una serie de creaciones míticas que mediante una serie de transformaciones integrarán poco a poco al sistema del niño  el elemento nuevo que exige ir más allá de la intersubjetividad del señuelo.  

Primer hora con el niño: Llegan los dos muy exitados, la madre chocó cuando venía al consultorio y está un poco nerviosa no se lastimaron pero… entra un rato y luego se va. Lo primero que toma de la caja de juguetes son los autos con los que comienza a “jugar al choque”, después: ( Mirando los juegos) ¿no tenés rompecabezas  que es el que más me gusta…? -Pero es esto lo que rompe la cabeza, el choque antes de llegar…?

 Toma dos camionetas una de ellas con guinche “de enganche”,  la camioneta  engancha y desengancha, se para y se baja….  Ves… esto sube y baja todo el tiempo…. (muerto de risa) Luego va a los  muñecos e arman una familia y los comienza a desvestir, pobrecitos les toco la cabecita…. Toma el juego del scruble y dice “Letras, letras, me lo puedo llevar…..? Poniéndolas sobre el tablero: mirá las letras…  Ves acá en el centro (coloca una pequeña estrella) acá hay un secreto….  

3- De lo que a partir de la puesta en acto en transferencia se revela de la prehistoria, a saber las relaciones fundamentales que estructuraron la unión de sus padres. Se pone a prueba que  es del imaginario de la madre que va a depender la estructura  subjetiva del niño.  

En la segunda entrevista con la madre trae que le llama la atención que cada vez que deja al niño este le diga: “Yo sé que me vas a venir a buscar….”

Al pedirle que valor tiene para ella esta frase relata que “a ella la abandonaron…”. Tenía veintitrés años cuando el novio con quien se casaba en pocos meses, (ya tenían hasta la casa), la dejó y desapareció. De ahí que comenzó el problema de alopesía…. Se le cayó todo el pelo, tuvo que usar peluca, aún ahora se le forman círculos de vacíos de pelo en la cabeza…   Esto lo vío en el tratamiento que tuvo durante un año en donde siempre se relacionó la caída del pelo con el “abandono del novio” aunque entre los dos acontecimientos mediaron dos años.  Es en esa circunstancia que encontró al que hoy es su marido.

El otro punto es la situación de ella en tanto niña con padres que viajaban todo el tiempo, varias veces a Europa durante dos meses, otra vez a Japón… y ella de niña que quedaba a cargo de la abuela paterna y tenía problemas en el colegio (cuando tenía ocho años…)  De ahí establece no dejar nunca a los chicos y menos para viajar.

 El padre era húngaro y vino de chico con sus propios padres antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El abuelo, que era peluquero, nunca se terminó de adaptar al país ni al idioma  si bien lograron un buen pasar económico. Como secuela del tema de la guerra el padre había comprado un terreno en San Martín de los Andes para tener un lugar de refugio si venía una tercera Guerra Mundial.  

Interrogados en una nueva entrevista con los padres  sobre la insistencia del niño en plantear  que “hay un secreto”, la madre responde no sin cierta reticencia, que se trata de la historia de un documento hallado entre los papeles familiares, documento que en la tachadura que presenta revela un cambio de religión, cambio que como para tantos inmigrantes frente a la inminencia del holocausto que se avecinaba,  inauguró con  el viaje a un nuevo continente  la ilusión de una nueva identidad….

Este descubrimiento, que se precipitó tras la muerte del abuelo materno (es decir, poco antes del nacimiento del niño…) y que fue una verdadera sorpresa para la madre, se redobló  con otra revelación: su padre estaba circuncidado…!

Como la pieza de un verdadero rompecabezas el “secreto” de este abuelo se articula y grita su verdad en el síntoma del niño poniendo a prueba lo que Lacan nos enseña: los significantes se desplazan en la cadena generacional, en el síntoma siempre hay una indicación de que es cuestión de saber…, el sujeto sabe que eso le concierne, pero no sabe lo que es…

La dimensión del síntoma es que eso habla y es en esto que el síntoma tiene valor de verdad.